El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha celebrado la aprobación del tope al precio del gas de forma temporal para reducir la factura eléctrica de los consumidores durante su intervención en el VII Foro de Energía organizado por El Economista. El CEO de la compañía, que este miércoles ha dado un paso más en su camino para convertirse en una multienergética, defiende que el tope al gas es “razonable” en el mercado regulado, especialmente en un momento en el que el precio del gas no para de subir y el resto de fuentes de energía presentan “buenas rentabilidades”. 

También otros líderes de las grandes energéticas como José Bogas, CEO de Endesa, han apoyado la medida aprobada hace casi tres meses por el Gobierno. Para Bogas se trata de una medida “acertada”, aunque ha cuestionado algunos aspectos como el reparto o la definición de cliente beneficiado. No obstante, ha celebrado en el foro energético que los precios han caído alrededor del 50% en el mercado mayorista; una reducción que queda en el 10%-15% tras la compensación a las centrales generadoras.

El CEO de Endesa ha asegurado que la crisis energética actual que asola a Europa arrancó antes de la guerra de Ucrania, en base a la actuación de Rusia el año previo a su intervención armada. Ya en esos momentos, el Gobierno de Vladimir Putin fue reduciendo el envío de gas a Europa, preparando el terreno, según Bogas. 

Por otro lado, tanto los CEOs de Repsol y Endesa como los de Iberdrola, Cepsa, Engie o Acciona Energía han desmentido estar obteniendo beneficios extraordinarios como consecuencia de la crisis energética tras la guerra de Ucrania. Esta es una de las principales críticas de la sociedad ante el encarecimiento de los precios energéticos, algo que niegan desde las grandes energéticas.

El impuesto "de las tres mentiras", según Imaz (Repsol)

En esta línea, rechazan el impuesto extraordinario a las grandes energéticas anunciado por Pedro Sánchez, con el que el Gobierno pretende recaudar hasta 2.000 millones de euros, es decir, el 1,2% de la cifra de negocio de estas empresas, en 2022 y 2023. Para Imaz, CEO de Repsol, este es el impuesto “de las tres mentiras”. El consejero delegado considera que no es un impuesto, sino “una prestación patrimonial” de doble imposición. Así, ha criticado que no grava los beneficios, sino las ventas de la compañía, y que no se aplica sobre un elemento extraordinario. 

El CEO ha explicado ante sus colegas de profesión que el negocio de Repsol es “cíclico”. En palabras de Imaz, “a veces se gana y a veces se pierde”, cifrando pérdidas de 7.100 millones de euros entre 2019 y 2020 por causas coyunturales. Así, teniendo en cuenta los resultados de los últimos años, el segundo de Repsol asegura que la compañía “seguiría perdiendo dinero de forma acumulada”. 

La consejera delegada de Engie España, Loreto Ordóñez, también ha defendido que su compañía no obtiene beneficios caídos del cielo por la coyuntura energética actual. La CEO ha explicado que la energía de sus proyectos “se vende antes”, por lo que “no aprovecha la volatilidad de los mercados”. Es más, ha ratificado que los resultados económicos de la energética lo demuestran. En la misma línea se han manifestado el consejero delegado de Acciona Energía, Rafael Mateo, el consejero delegado de Iberdrola España, Mario Ruiz-Tagle, o el presidente de BP en España, Andrés Guevara.

Más allá de valorar las últimas medidas del Gobierno, Imaz ha hecho un llamamiento a impulsar una transición energética “ordenada”, una de las peticiones clave de la compañía. El CEO de Repsol considera que la transición energética "se está haciendo mal y por motivos ideológicos" y ha citado como ejemplo la prohibición en España y Europa de producir gas cuando la demanda va en aumento, lo que encarecería los precios. 

El propio Imaz se ha pronunciado esta mañana sobre la necesidad de una transición energética “ordenada” tras el anuncio de la entrada del inversor EIG en su negocio de Upstream. "Repsol es un agente activo de esta descarbonización pero también creemos en el petróleo y en el gas. Esto es una transición ordenada. Lo que estamos viviendo en los últimos meses está dejando en evidencia que tenemos que reducir la huella de CO2 de nuestros productos pero que vamos a seguir necesitando petróleo y gas en los próximos años. Si no los producimos, vamos a tener un problema como sociedad. La sociedad necesita energía, necesita seguridad de suministro”, ha declarado el CEO de la compañía.