El consejero delegado de BBVA, Onur Genç, ha reiterado este jueves su rechazo a la intención del Gobierno de hacer permanente el impuesto a la banca, tal y como se ha conocido en la tarde del miércoles. El directivo se ha sumado así a otros colegas del sector, que no han tardado en criticar la medida, tanto por el diseño como por el impacto que tendría en la economía española. En este caso, Genç se ha mostrado "triste" por la medida conocida hace apenas unas horas por, de alguna forma, comparar la banca con el tabaco y el diésel. "Estoy triste por todo esto porque los impuestos que se anunciaron ayer fueron básicamente al diésel, al tabaco y a la banca", se ha pronunciado el CEO de BBVA durante la presentación de sus cuentas financieras hasta septiembre. 

Genç ha hecho frente a infinidad de preguntas sobre el impuesto a la banca y sobre las novedades en la opa lanzada sobre Banco Sabadell, en estos momentos a la espera de conocer la decisión de las autoridades regulatorias correspondientes para avanzar o no en el proceso. Es más, el directivo ha hecho "autocrítica" por no haber conseguido revertir el impuesto como sí lo ha hecho el sector energético. "Tenemos lo que tenemos. Hemos fallado en comunicar apropiadamente lo que se puede hacer de forma diferente o cómo puede ser diferente el diseño. Es un hecho que es malo para España. El diseño, en nuestra opinión, tiene muchas deficiencias, es anticompetitivo y discriminatorio. Sí, es autocrítica", ha asegurado el CEO en la presentación de resultados. 

Genç asegura que "la opa no es hostil" 

El directivo ha asegurado también que la opa sobre Sabadell "no es hostil". "Es una opa no solicitada pero no es una opa hostil", ha defendido el directivo frente a las acusaciones que ha vertido la cúpula de Sabadell contra el banco de Carlos Torres, interesado en hacerse con su negocio. De hecho, el directivo de BBVA ha hecho referencia al primer intento de fusión entre ambos bancos, hace años, para justificar que no se trata de una operación de carácter hostil.

“Seguimos pendientes de las autorizaciones", ha respondido el directivo a las constantes preguntas de los medios de comunicación. Genç ha evitado entrar en la guerra de acusaciones que han protagonizado las cúpulas en otros momentos de la operación y ha preferido "no responder" a los comentarios. Simplemente ha asegurado que "la transición creará valor para todos los grupos de interés” en España y se ratifica en la idea de "haber hecho lo correcto". Asimismo, el CEO mantiene su confianza en que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) apruebe la opa sin grandes condiciones, ya sea en fase 1 o fase 2, preferiblemente en la primera desde el punto de vista de la entidad. El directivo ha reiterado que la operación no presenta "problemas de competencia" ya que BBVA no sería el mayor banco tras la fusión, por lo que confía en conseguir el visto bueno de Competencia. 

De hecho, Genç ha confirmado haber ofrecido "ciertos compromisos" al regulador de Competencia nacional, haciendo referencia a los remedies, para lograr el visto bueno a su operación sobre el negocio de Banco Sabadell. El CEO ha reiterado que este diálogo es "confidencial", sin ofrecer más detalles de las conversaciones. "Ir a fase 2 no es nuestro escenario base", ha asegurado ante la incertidumbre actual. "Si va a fase 2, teniendo en cuenta que no hay un problema de competencia (...) nuestra previsión es que debería ser aprobada sin condiciones estructurales, como hemos visto en operaciones anteriores, pero con algunos meses de retraso", ha explicado Genç, recordando la fusión de hace tres años entre Bankia y CaixaBank.

En cuanto a los plazos, el propio directivo ha reconocido ahora un "retraso" en el estudio de la CNMC, tal y como ya habían advertido el resto de actores presentes en la operación desde hace meses. Como opción, el CEO incluso ha deslizado la posibilidad de "dar marcha atrás" a la operación si el regulador llegara a exigir según qué condiciones. 

BBVA pide "más diálogo" al Gobierno para revertir el impuesto

De nuevo sobre el gravamen al sector, el directivo asegura que BBVA estima un impacto algo menor para el próximo ejercicio, si finalmente sale adelante la intención del Gobierno de hacerlo permanente. "El impacto no será tan material como el que ya tenemos, básicamente", ha defendido Genç durante la conferencia con analistas previa a la presentación de resultados ante los medios de comunicación, celebrada de forma online desde su sede en Madrid. En cifras, BBVA ha abonado este año alrededor de 285 millones de euros por el pago del impuesto a la banca, que nació como temporal en 2022 y que podría convertirse en permanente a partir del próximo 1 de enero de 2025. 

Por el momento, los primeros detalles de la medida revelan que el nuevo diseño pasará a gravar a la banca de forma progresiva, con un porcentaje que irá desde el 1% hasta el 6%, frente al 4,8% de la medida actual. Una medida que han criticado líderes del sector como Genç o, apenas una hora antes, Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank. Ante esto, el directivo ha pedido "más diálogo" con el Gobierno por el impuesto de cara a revertir la medida antes de su entrada en vigor, si así se aprueba en trámite parlamentario, el próximo 1 de enero de 2025. Por otro lado, el consejero delegado de BBVA ha querido lanzar un mensaje a las víctimas y afectados por la DANA, al igual que han hecho los líderes del sector financiero que este jueves han presentado sus cuentas hasta septiembre.