La conocida compañía de cava, Freixenet, ha presentado un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que afectaría a más de 600 trabajadores con motivo de los efectos negativos que ha tenido la sequía en los últimos meses para la producción de su producto estrella.

Así lo ha anunciado la organización este lunes a través de un comunicado, donde han justificado que esta decisión viene dada por “causas de fuerza mayor”. Cabe remarcar que el ERTE por fuerza mayor es una medida que se aplica en caso excepcional, lo que se explica por el escenario actual de crisis medioambiental causado por la escasez de lluvias y que provoca la falta de materia prima que lleva afectando gravemente al sector desde 2021, con especial afección en 2023, en particular, en la zona de El Penedés.

En concreto, Freixenet -propiedad de la alemana Henkell y de la familia Ferrer, con sede en Barcelona- ha planteado la solicitud al Departamet d’Empresa i Treball de la Generalitat catalana trasladado a su vez la propuesta a los sindicatos: “La medida, implementada como un ejercicio de responsabilidad, tiene como objeto garantizar la operatividad del negocio y preservar la empleabilidad para poder hacer frente a causas externas y de fuerza mayor provocadas por la grave sequía”, reza el comunicado.

Para ser más exactos, el ERTE afectaría a 615 empleados de Freixenet sobre un total de 778 en plantilla, de los que quedan exentos aquellos trabajadores pertenecientes al área comercial. Está previsto que este ajuste laboral pueda arrancar a partir del próximo mes de mayo, cuando también habrá que analizar el impacto de las lluvias en los meses venideros y su impacto en la venta del cava.

Escasez de materia prima: la uva

Este era un escenario que ya se podía contemplar. Pere Ferrer, vicepresidente de la compañía, ya lo dejó caer durante la presentación de resultados del ejercicio de 2023 que, pese al crecimiento de facturación del 4%, el horizonte no auguraba un buen balance. “Debido a la incertidumbre provocada por la falta de uva derivada de la fuerte sequía que nos viene afectando desde el 2021 y con especial afectación en 2023 en la zona de Penedès”, expresó.

Manifestó entonces que la situación era -y es- “realmente complicada a todos los niveles” debido al “auge” en la demanda de cava y la insuficiencia a la hora de producir las botellas a corto plazo. Una estrecha situación que ha abocado a forzar la decisión del ERTE para más de 600 trabajadores. Freixenet calcula ahora que la escasez de agua podría recortar hasta en un 30% la capacidad de su producción de cava.

La capacidad de los embalses catalanes

Las fuertes y abundantes lluvias que dejaron a España pasada por agua en Semana Santa se tradujeron en un respiro para los embalses de prácticamente todo el país, aunque las diferencias fueron notables en distintos territorios. Según cifró el Ministerio de Transición Ecológica, fueron 36.992 hectómetros cúbicos la cantidad de agua en las reservas nacionales. Estas precipitaciones hicieron que los embalses llegaran al 66% de su capacidad de almacenamiento, lo que viene a significar un aumento del 2,8%.

El panorama posterior a estas ansiadas lluvias fue dispar dependiente del territorio. En el caso de Cataluña, sus embalses remontaron gasta el 17,6% de su capacidad, superando así la barrera del 16%, límite donde quedó fijada la situación de emergencia que tuvo que declarar previamente la Generalitat. Y es que la acumulación de agua en sus reservas fue un alivio, ya que el Govern catalán llegó a advertir de que si no se embalsaban por diez las cantidades, el agua del grifo podría haber llegado a ser “no apta para el consumo”. Un escenario que también afectó de lleno al campo debido a la alta concentración de contaminantes en las aguas de riego.

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