Endesa mantiene suspendida la revalorización salaria y el plus de miles de trabajaodres. La compañía se encuentra inmersa en negociaciones con los sindicatos para renovar el convenio colectivo que decayó el pasado 31 de diciembre y, ya a finales de noviembre, remitió un corre a sus trabajadores comunicándoles que se mantiene suspendida la subida de sueldo anual para combatir el efecto de la inflación y, además, la paga extra del ebitda hasta que se alcance, si es posible, un acuerdo con los representantes de los trabajadores, lo que supone una merma importante en las nóminas de en torno a 9.000 personas. 

La última reforma laboral ha recuperado la ultraactividad de los convenios, lo que significa que estos siguen vigentes hasta que se negocia y firma uno nuevo, pero no afecta a todos los puntos de los contratos. Endesa se agarra a que existen "algunas medidas que solo pueden estar activas legalmente si hay un convenio en vigor, como el incremento salarial y la paga de ebitda", según recoge el comunicado interno remitido por la compañía a los empleados y que ha publicado El Confidencial.

La empresa española, propiedad en un 70% del Estado italiano, ha mantenido durante 2023 unos grandes beneficios y bien podría asumir la subida salarial indexada al IPC, pero han decidido que sus casi 10.000 trabajadores pierdan poder adquisitivo y la paga de mayo. El acuerdo entre las partes podría llevar a la empresa a dar macha atrás en su decisión, pero por el momento no parece muy por la labor. La propuesta de la dirección de la compañía es “arrinconar a los sindicatos”, denunciaba CCOO antes de finalizar el año.

“Su objetivo es que tu voz y derechos queden más fácilmente cercenados y tu futuro embargado, a merced de unos accionistas que pretenden condicionar nuestras vidas para enriquecerse ellos. No lo permitiremos", añadía el sindicato en el comunicado dirigido a los trabajadores. No obstante, pese al tono duro, es posible que el acuerdo se alcance más pronto que tarde, pues las negociaciones continúan transcurriendo con “normalidad” y, más allá de las desavenencias habituales en las negociaciones, no existe un ambiente especialmente bronco, trasladan desde UGT.

La empresa quiere evitar una situación de tensionamiento como la vivida durante las negociaciones del V Convenio, que es el que decayó con la finalización del año 2023. El proceso anterior requirió de arbitraje y algunos puntos han llegado hasta los tribunales, por lo que las partes prefieren evitar atravesar una nueva lucha. Los sindicatos también quieren cerrar el nuevo Convenio, pero no cederán ante lo que consideren un recorte de derechos de los trabajadores.

Más de 1.000 millones de beneficio y una condena judicial

Los sindicatos lamentan la posición de la compañía que hasta septiembre de 2023 ha declarado más de 1.000 millones de euros. A falta de conocer cuál será el cierre de cuentas de todo el curso, Endesa ya ha comunicado que cerraba los tres primeros trimestres del pasado año con un beneficio de 1.059 millones de euros. No obstante, el acumulado de los nueve meses es un 36% inferior, bajada que atributen a la ausencia de plusvalías extraordinarias y al impacto del impuesto a la banca.

La compañía desembolsó 208 millones de euros en un solo pago para afrontar el pago del impuesto correspondiente a 2023. Los dirigentes continúan cargando sistemáticamente contra el impuesto, asegurando que no obtienen beneficios caídos del cielo, pero el Gobierno ha decidido mantenerlo un año más.

No ha sido el mejor año para la energética, que ha visto también como la Audiencia Nacional ratificaba la multa de 5,5 millones interpuesta por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por “falseamiento de la libre competencia”. Concretamente, la justicia española señaló a Endesa Energía XXI, por lo que considera una “infracción grave por falseamiento de la libre competencia por actos desleales”. La compañía confiaba en su recurso, pero la Audiencia Nacional dio la razón al regulador.