La fusión Bankia-CaixaBank ha sido la noticia económica por excelencia en la vuelta al cole, con todo tipo de rumores alrededor de la entidad resultante tales como quién presidirá la entidad, cuántas oficinas cerrará o dónde se situará la sede social de la nueva entidad. La primera opción, según la mayoría de medios de comunicación, sería situar la nueva sede en Valencia ya que actualmente ambos tienen allí su sede social.

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Sin embargo, La Razón se desmarca de la opción con más fuerza entre los medios y asegura que las entidades estarían valorando instalar su sede social en Madrid. De hecho, según fuentes cercanas a las negociaciones a las que ha tenido acceso el diario, CaixaBank no descarta instalar la sede central de la entidad resultante en la capital de España. “Es una decisión que aún no se ha adoptado, pero, precisamente por eso, no hay nada descartado”, cita el diario.

A día de hoy ambas entidades tienen su sede social en Valencia aunque por motivos diferentes. Por un lado, la sede social de Bankia ha estado desde sus inicios en dicha ciudad, pero las razones de CaixaBank son otras. La entidad decidió mudar su sede social a Valencia hace apenas tres años por la incertidumbre provocada por el conflicto independentista en Barcelona.

En ese mismo momento la entidad estudió diferentes localizaciones para su sede social, entre las que efectivamente se encontraba Madrid, Valencia o Palma de Mallorca, ciudad donde desembarcó Fundación La Caixa. Sin embargo, CaixaBank sigue manteniendo su presencia y servicios centrales en Cataluña y no ha cerrado la puerta a volver a Barcelona.

"Una mano negra"

Aunque parece que la opción de Barcelona no está sobre la mesa, La Razón asegura que el independentismo catalán estaría presionando en privado desde hace meses a CaixaBank para que abandone Valencia y vuelva a Barcelona, más aún en este momento en el que la nueva localización está en el aire. “Trabajaremos para que así sea”, prometió el consejero de Empresa catalán, Ramón Tremosa.

Las fuentes van incluso más allá y critican que sea Madrid la sede social, por el aumento de poder económico y financiero. “Con esta operación, tratan de golpear nuestra musculatura económico-financiera, inclinando la balanza hacia Madrid. Fuera de Madrid prácticamente no existe nada”, critican, según asegura el diario. Es más, achacan esta operación a “una mano negra”, es decir, “una estrategia diseñada por el Estado” para frenar la independencia de Cataluña.