Cajamadrid tendría que haber convocado una asamblea general, en la que estarían presentes sus "dueños" (depositarios, sindicatos, y Comunidad y Ayuntamiento de Madrid), para regularizar su situación jurídica una vez dejaba de ser entidad financiera. Una asamblea en la que no sólo estos "dueños" (hay que recordar que en las Cajas no había accionistas) habrían podido preguntar sobre lo sucedido y exigirles responsabilidades, sino que también el presidente de la institución, Rodrigo Rato, habría tenido ocasión de explicar las razones que llevaron a que una entidad pasara en pocos años de estar saneada a convertirse en un agujero negro que no sólo se ha tragado a la propia empresa, sino también la credibilidad de todo el sistema financiero español.

Como quizás recordarán, en el proceso de 'higiene' al que se sometió a las Cajas, se forzó a casi todas ellas a ceder sus negocios financieros a los bancos que las compraban o en los que se fusionaban. Por ley, a partir de ese momento, estaban obligadas a convertirse en Fundaciones sin ánimo de lucro. En el caso de Cajamadrid, el negocio financiero pasó a Bankia. Cajamadrid, por tanto, pasó a tener la obligación legal de convertirse en una Fundación pura y dura, sin ninguna actividad económica.

Pujalte se 'autoenmienda'
Para regular estas transformaciones, el Partido Popular, por la pluma de Vicente Martínez-Pujalte, impulsó la llamada Ley de Reestructuración y Resolución de Entidades de Crédito. Una ley que entró en vigor con su publicación en el BOE este fin de semana y que el PP sacó adelante en su paso por Congreso y Senado sin dejar que nadie la 'tocara'... O más exactamente, nadie, excepto ellos mismos.

Y es que a su paso por el Senado, el propio Pujalte se enmendó a sí mismo e incluyó una modificación. Esta "autoenmienda" tenía como finalidad más importante que el periodo de seis meses que contemplaba en su inicio la ley para la transformación de Caja a Fundación, se redujo a cinco meses. Parece una simple extravagancia, pero significa mucho más. En realidad con este recorte lo que se evitaba era que diera tiempo a que en las cajas se pudieran celebrar las asambleas de los "dueños" de las entidades; asambleas en las que los responsables tendrían que haber dado explicaciones sobre su gestión. Es lo que ha pasado en Cajamadrid.

Lo que buscaba el PP era evitar que se celebraran la Asamblea de Cajamadrid
El PSOE, por medio del senador Joan Lerma, intentó incluir una enmienda a esta modificación que Pujalte y el PP hacían a su propia ley. Lo que proponían los socialistas era que las Cajas que lo desearan pudieran celebrar esa asamblea, si así lo deseaban, en los dos meses posteriores a aprobarse la ley. De esta forma Rato tendría que haber comparecido ante los "asamblearios" de Cajamadrid. El PP vetó en el Senado que se debatiera tan siquiera la propuesta socialista; y posteriormente los diputados del PSOE votaron en contra a su paso, de vuelta por el Congreso, pero la mayoría absoluta del PP, con el apoyo habitual de CiU pasó sin modificarse la ley de Pujalte.

¿Qué hay detrás de todo este lío? "Lo que sucede -dice a ELPLURAL.COM el senador Joan Lerma- es que el PP no quería que Rodrigo Rato pudiera ser cuestionado en la asamblea de Cajamadrid" ¿Esto para evitarle la 'vergüenza' de ser públicamente cuestionado? "No -según el senador socialista-; cuando en el PP no aceptaron que se debatiera ni se incluyera la enmienda que intenté presentar al paso de la ley por el Senado lo que querían era evitar que cuando le preguntaran los participantes en la Asamblea, Rato pudiera dar su versión de por qué lo que él consideraba que se podía arreglar con 3.000 millones, fuera después elevado hasta 7.000 millones por el ministro de Guindos, y acabara convirtiéndose en una petición de 19.000 millones por parte del nuevo presidente, José Ignacio Goirigolzarri".

Niegan "acuerdo de caballeros" entre PP y PSOE
Lo curioso es que el PP, y algún medio que le es cercano ideológicamente, está intentado vender que existía un "acuerdo de caballeros" entre PP y PSOE para evitar a Rato el "escarnio público" de hacer frente a la asamblea de Cajamadrid. "La realidad -dice Lerma- es que el PP quiere evitar que Rato hable sobre un hecho crucial; ¿por qué Luis de Guindos dijo que el agujero de Bankia era de 7.000 millones y días después aceptó que Goirigolzarri lo pasara a 19.000 millones, lo que llevó a hacer creer a los mercados internacionales que el Gobierno español no tenía ni idea sobre la realidad de nuestra banca y provocó entonces el hundimiento de la credibilidad de todo nuestro sistema financiero y que se produjera la intervención de Bruselas".

Expertos del mundo financiero que ha consultado ELPLURAL.COM van aún más lejos y piensan que si el PP se ha esforzado por evitar la celebración de la Asamblea de Cajamadrid, y por tanto la comparecencia de Rato, es para evitar que el antiguo vicepresidente pudiera contar cómo estaba la Caja que él se encontró tras la presidencia de Miguel Blesa, con la 'supervisión' de los presidentes madrileños, Alberto Ruiza Gallardón primero y Esperanza Aguirre después.