A pesar de las entusistas adhesiones de Isabel Díaz Ayuso y de José Luis Martínez-Almeida a la política de donaciones a hospitales públicos realizadas por la Fundación Amancio Ortega, lo cierto es que la Comunidad de Madrid apenas ha ejecutado estas donaciones. El entusiamo por las donaciones privadas se topa con sus resistencias a financiar la Sanidad pública, por lo que las obras y concursos necesarios para instalar los equipos donados por Ortega no se han puesto en marcha. 

Concretamente el 83% de los equipos contra el cáncer donados por la fundación del magnate gallego no están, ni siquiera planeados. Alejo Miranda de Larra, director general de infraestructuras sanitarias de la Comunidad de Madrid, presumía en las páginas del diario El Mundo del "Pepino", una máquina de radioterapia que está destinada al Hospital Universitario de La Paz. Lo malo es que aunque los 9 millones de euros de Ortega ya están concedidos, la Comunidad de Madrid, gobernada por el Partido Popular, aún no ha puesto en marcha el proyecto. Y los pacientes madrileños no podrán beneficiarse del "pepino" hasta finales de 2020, como pronto. Casi siete años después.

Y eso que Madrid es la segunda comunidad autónoma, tras Cataluña, en ser beneficiada por las donaciones del fundador de Inditex. Concretamente con 45,5 millones de euros destinados para la adquisición de 23 equipos. Ninguno está en funcionamiento y el 13% de este dinero, 5.915.000 euros, se ha usado para actualizar equipación existente, no para la instalación de nuevos aparatos. 

Desde el Gobierno de la Comunidad se echa la culpa a la tardanza de los trámites burocráticos -que dependen sólo de ellos mismos- y a la tardanza en coseguir los permisos del Consejo de Seguridad Nuclear, que no se pueden conceder hasta que no haya proyectos en marcha, lo que no es el caso. Madrid es la región española con menor nivel de ejecución de estas donaciones, pese a ser la segunda con la hucha más llena.