El lío que ha montado el Gobierno con el sector eléctrico es de los que marcan época. Sí ya de por sí el sector energético es complicado porque aunque está liberalizado (lo prestan empresas privadas), también está intervenido al ser un sector estratégico. Es  por ello que el 50% del recibo lo fija el Gobierno y la otra mitad el 'libre mercado', y hay que recordar que ya el año pasado la luz subió tres veces. El PP anunció que arreglaría el 'desastre' energético heredado y lo que ha pasado es que el desastre se agiganta, por una lado todo el sector eléctrico (renovables y tradicionales) han presentado una avalancha de demandas judiciales contra este Gobierno sin precedentes, por otro lado no solo no ha conseguido controlar el déficit de tarifa, sino que la deuda se dispara y se cifra ya en 30.000 millones de euros. Para rematar las relaciones entre el ministro de Hacienda (Montoro) y el de Industria (Soria) son pésimas. Y para rematar miembros del Gobierno se contradicen entre sí y cada semana dicen una cosa distinta.

Sí subirá la luz
Para empezar el ministro de Industria estrenó mandato con una mal llamada reforma energética. Y esto es así porque una reforma energética propiamente dicha pasa por evaluar la capacidad de generación energética que tiene España, el consumo real, cuáles son las energías más caras, cuales las más eficientes y hacer una redistribución de recursos, inversiones y distribución acorde con el país que tenemos hoy. Lo que hizo José Manuel Soria fue subir los impuestos a las eléctricas, crear nuevos impuestos ecológicos y dejar sin ayuda a las renovables ante la necesidad acuciante del Gobierno de tener más ingresos, por tanto eso no es una reforma. Tuvo una virtud lo hecho por Soria, indignó a todo el sector: al de energías renovables y al de las tradicionales. Todas las empresas han presentado demandas, no solo ante tribunales españoles, sino ante tribunales internacionales.
El último episodio de este vodevil es que, después de pactar con las eléctricas que el Estado pondría 3.600 millones de euros este año para reducir el déficit de tarifa, a última hora a través de una enmienda en el Senado, el Gobierno incumplió el acuerdo. Montoro necesita arañar dinero para cumplir con el déficit y las eléctricas se tendrán que anotar el año que viene 3.600 millones de pérdidas. Es obvio que las empresas no se van a 'comer el marrón' solas y que ese dinero repercutirá en los ciudadanos  con una subida de la luz y, sin embargo, el Gobierno lo negó. Lo negó la semana pasada, porque este el ministro de Industria ha tenido que reconocer que la luz "puede subir".

Las eléctricas no cederán 'al chantaje'
La empresas eléctricas, tradicionalmente 'proclives al PP', no salen de su asombre ante el 'maltrato' que afirman sufrir por parte de quienes no se lo esperaban. Encima de la mesa hay un problema gigantesco, el llamado 'déficit de tarifa' (diferencia entre lo que cuesta realmente la energía y lo que se cobra a los consumidores) que, según los expertos el próximo año puede llegar a los 30.000 millones de euros. Para que esa cifra gigantesca no ahogue las cuentas de las empresas, el Gobierno ha rescatado una idea del Gobierno de Zapatero: amortizar esa deuda repartiendo el coste en tres partes, una para los consumidores, otra a costa de las empresas y la otra a cargo de los Presupuestos Generales del Estado. El Gobierno voló por los aires su propia propuesta al enmendarse a sí mismo en el Senado. También resucitó otra idea de Miguel Sebastián, convertir los miles de millones de la deuda de déficit de tarifa en deuda que puedan emitir las empresas, pero avalada por el Tesoro español para que se pueda vender a buen precio.

El ministro de Industria no cierra la puerta a esa posibilidad, pero pone una condición que en el sector eléctrico se ve como un chantaje: el Estado avalará la deuda solo si las eléctricas retiran las demandas judiciales. Esta 'exigencia' lo que pone de manifiesto es que el Gobierno teme que pueda perder una demanda tras otra. Y eso va a costar mucho dinero a los españoles.

José Manuel Soria lo ha dicho claramente en unas declaraciones a los medios de comunicación, si las eléctricas no retiran las demandas "podría haber una repercusión en los precios y en ese caso el Gobierno no concedería ningún tipo de aval". De momento las eléctricas están unidas y no piensan dar marcha atrás, con lo que las espadas están en alto. Y la luz subirá el próximo mes de enero.