De nuevo a través de Twitter. El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció ayer, a través de su cuenta personal en la red social, la imposición de una subida arancelaria sobre productos procedentes de Europa. Tras estancarse en una guerra comercial contra China, el líder de la Casa Blanca, inicia una ofensiva comercial contra el club de los 28.

A partir del próximo 18 de octubre, la Unión Europea pagará más por los productos que exporta a Estados Unidos. Hasta 7.000 millones de euros, gracias a una resolución de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que establece un techo de 9.620 millones de euros en concepto de represalia tras aclararse una histórica disputa sobre subsidios europeos al consorcio europeo Airbus.

Las nuevas medidas económicas supondrán un aumento del 25 por ciento del precio de los aranceles sobre ciertos productos agrícolas y un 10 por ciento sobre las aeronaves que la UE comercia con Estados Unidos.

No obstante, no todos los países se verán afectados por igual. El nuevo gravamen afectará, en mayor medida, a Alemania, Francia, España y Reino Unido, que además pagarán hasta un 25 por ciento más por exportar al país norteamericano aceitunas, vino, quesos, licores y carne congelada, entre otros productos.

Además, hay que incluir en el listado todos aquellos productos que afectarán por igual a los 28 como la carne de cerdo, mariscos, frutas y mariscos.

Aunque no todos los productos contemplados son alimenticios. La lista, emitida por la Oficina de Comercio Exterior, también incluye herramientas electromecánicas,  retroexcavadoras o aluminio, por ejemplo. Además, el presidente estadounidense cuenta con un plazo de tiempo mayor -hasta el 13 de noviembre- para decidir si también fija una subida arancelaria sobre el sector del automóvil, lo que supondría un duro golpe para la economía de la eurozona. ¿Es esta lista una sugerencia de la OMC? No, de ninguna manera. Ha sido la administración estadounidense la encargada de facilitar un listado de productos sobre los que considera, quiere aplicar las subidas arancelarias.

En total, Trump podría publicar en el plazo de un mes una lista aún más amplia de bienes de exportación europeos por valor de 19.000 millones mientras que Bruselas, tendría ya preparada una lista propia de productos estadounidenses por valor de 18.000 millones de euros.

En el contexto de la guerra comercial, además, la Unión Europea podría haber comenzado a tantear otros terrenos, en concreto los de Rusia y China, que actualmente subsidian a fabricantes de aviones para competir contra la industria estadounidense.

Además, en un contexto crítico, la UE podría revocar el acuerdo establecido con Estados Unidos en 2006 en virtud del cual, se establecía un límite de imposición de 3.000 millones de euros en aranceles. Esta decisión, para la cual está legitimada, sería, no obstante, el último cartucho a quemar ya que probablemente conduciría a la imposición definitiva por parte de la administración estadounidense de tasas sobre el sector automovilístico y provocaría una nueva escalada de aranceles. Es decir, una hecatombe para los mercados de todo el mundo.

Aunque, sin duda, el mejor escenario posible -además de un acuerdo amistoso- es que la OMC se pronuncie de nuevo sobre el eterno litigio que enfrenta a ambas potencias, dado que Bruselas también denunció a Washington en el mismo contexto y le acusó de conceder ayudas ilegales a la compañía Boeing. Si la OMC se pronunciara a favor de Bruselas, los europeos podrían aplicar medidas de represalia contra Estados Unidos, como por ejemplo, nuevos aranceles sobre productos de exportación. Sin embargo, el fallo no se espera hasta la próxima primavera.

¿Por qué Estados Unidos carga contra su principal socio económico?

“La administración Trump quiere ver a los europeos retorcerse por un tiempo”, asegura William Reinsch,  asesor principal del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales de Washington al diario The Washington Post. El Gobierno republicano ha aprovechado una resolución emitida por la OMC que autoriza  a imponer el 100 por 100 de los aranceles para compensar el apoyo que, durante 15 años, habría ofrecido la Unión Europea a los programas aeroespaciales de Airbus, fabricante de aviones comerciales y militares y principal rival de la estadounidense Boeing. Tras 15 años de litigios, la organización determinó que ambos fabricantes recibieron subsidios ilegales, por lo que Estados Unidos está en su derecho de reclamar.  Si, llegó la hora de la venganza.

Los aranceles, que afectarán a la cadena de suministro, podría hacerlo además a los 275.000 trabajadores de la aeronáutica, que aún confía que en Estados Unidos y la UE lleguen a acuerdo. Mientras tanto, Boeing, que se ve resarcida con la decisión emitida, continúa presionando a la administración Trump para que mantenga las sanciones y obligue a Airbus a cumplir escrupulosamente la resolución de la OMC.

¿Cómo afectará a España?

Según el ICEX, a nivel global, “las exportaciones españolas de mercancías aumentaron un 2 por ciento entre enero y julio respecto al mismo periodo del año anterior”. Alcanzaron los 172.695 millones de euros, lo que según afirma la Secretaría de Estado de Comercio es una cifra histórica. De hecho, nuestro país, que se posiciona entre los primeros puestos de liderazgo a nivel europeo ha conseguido un aumento de las exportaciones similar al de la Zona Euro -3,8 por ciento interanual- y superior al del conjunto de los 28 -3,5 por ciento-.

Los nuevos aranceles sobre productos españoles -especialmente vino, aceite y aceitunas- podrían tener un impacto de 1.000 millones de euros sobre las exportaciones, es decir, un gravamen de un 8 por ciento sobre los productos que se envían a Estados Unidos.

De hecho, según la secretaria de Estado de Comercio en funciones de España, Xiana Méndez, la medida adoptada por la administración Trump, es “desafortunada” y afectará a unas 1.200 empresas, siendo Andalucía una de las comunidades autónomas que más sufrirá su impacto.

Tiembla, economía, tiembla

Tras el anuncio de Donald Trump, la OMC redujo a la mitad sus expectativas de crecimiento del comercio mundial y las bolsas de todo el mundo comenzaron a sentir los efectos de su decisión. Durante dos días consecutivos, el Ibex 35 ha abierto en rojo y miércoles cerró su peor sesión en dos años.