Este lunes ha presentado su dimisión el consejero delegado del Banco Popular, Pedro Larena. El anuncio se produce después de que la entidad haya completado una auditoría interna donde se ha detectado una desviación en las cuentas de 2016 por valor de unos 550 millones de euros.

Larena llegó al cargo en julio del año pasado y era parte de la cúpula nombrada por el presidente Ángel Ron, que también dejó el cargo en diciembre sustituyéndole Emilio Saracho.

“Posibles insuficiencias”

La auditoría interna que se ha presentado ha obligado a la entidad a realizar diversas correcciones en sus cuentas del año pasado, aunque, según el Popular, se ha descartado una reformulación total.

En concreto, se han detectado “insuficiencias” en determinadas provisiones, con un impacto de 123 millones de euros, una “posible insuficiencia” en provisiones por créditos dudosos por 160 millones; y una “posible obligación” de dar de baja algunas garantías asociadas a operaciones con créditos dudosos por 145 millones de euros.

Caída en bolsa

La dimisión del consejero delegado y los resultados de la auditoría comunicados a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) han provocado una caída en bolsa del Banco Popular este lunes a mitad de la mañana un 5,05%.

La entidad también ha concluido que, pese a la revisión, seguirá cumpliendo con las ratios de capital, pero con niveles inferiores a los de finales de 2016. Se calcula que la ratio de capital se sitúe entre el 11,70% y el 11,85% a finales de mes, lejos del 13,14% de diciembre.