Gobierno, sindicatos y patronal arrancarán este jueves las negociaciones para fijar el Salario Mínimo Interprofesional este 2024 y lo harán en un clima de cierta tensión en el seno del Gobierno. El Ministerio de Trabajo, tutelado por Yolanda Díaz, capitanea unas negociaciones que se prevén algo menos complejas que en otras ocasiones, máxime tras la oferta que la CEOE puso sobre la mesa la semana pasada. Sin embargo, el encuentro a tres se celebra un día después de que la vicepresidenta segunda reavivara las llamas del pulso que mantiene con la cartera de Economía, a pesar que desde el departamento que dirige Nadia Calviño intentaran arrojar agua al guiso para suavizar el tono bronco de la líder de Sumar, quien reivindicaba que el subsidio por desempleo es de su absoluto dominio.

A diferencia de otras ocasiones, la reunión entre el Ministerio de Trabajo, CCOO, UGT y los empresarios para fijar el SMI de 2024 se preveía algo más ligera que las anteriores. Lejos de las tiranteces constantes entre el frente conformado por Gobierno y sindicatos por un lado, y la CEOE por el otro, el primer acercamiento parecía retumbaba con un sonido más amortiguado. En esta ocasión, la patronal se desperezó pronto, adelantándose incluso a la vicepresidenta segunda, y puso sobre la mesa de negociación una primera propuesta que no satisfizo a los sindicatos, que la tildaron de “insuficiente”.

No obstante, esta vez, la patronal marcó el paso de la negociación, haciéndose con el protagonismo en el titular y en la foto, además de salir del rebufo habitual. De hecho, la predisposición de los empresarios elevaba el optimismo para cerrar un acuerdo lo más pronto posible.

Un ambiente enrarecido

Las posibilidades de que las negociaciones lleguen a buen puerto no han disminuido en absoluto. La confianza en cerrar el acuerdo con prontitud sigue intacto. No obstante, el debate en el seno del Gobierno por la reforma del subsidio por desempleo ha cargado el ambiente. Al menos, el entorno. Coincidiendo con la Apertura Solemne de las Cortes, la vicepresidenta segunda ha reactivado la batalla intestina con el Ministerio de Economía. La herida entre el departamento de Díaz y el de Nadia Calviño -a expensas de su posible marcha al BEI- se abre de nuevo a pesar de los intentos del ala socialista del Ejecutivo por cauterizar la brecha.

Díaz ha reivindicado no sólo la autonomía de su cartera, sino también las competencias, asegurando, con tono grueso, que el subsidio por desempleo es una cuestión que compete en exclusiva a su departamento. La vicepresidenta segunda ha agitado el avispero ante un enjambre de cámaras y micrófonos, rechazando de lleno la propuesta de sus socios, que persigue incentivar la búsqueda de empleo en situación de paro, tal y como trasladó el martes el secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés.

A ojos de la líder de Sumar, estas palabras suponen una invasión de su ámbito de actuación, por lo que ha lanzado un aviso a sus compañeros de Economía: “Este Gobierno no va a recortar el subsidio por desempleo, lo va a mejorar”. Sentencia rotunda y firme, que ha acompasado con un nuevo recordatorio: “Es competencia de Trabajo”. Los trapos, de nuevo, lavándose ante el calor del foco mediático.

Tras las reivindicaciones de Díaz, en Economía han optado por suavizar el tono. Fuentes próximas a la vicepresidenta primera han asegurado que su cartera está “alineada” con el Ministerio de Trabajo en todo lo relativo a los “elementos” enumerados por su principal responsable. En resumen, buscan y comparten “que todo el sistema se oriente a apoyar el empleo”, según las mismas fuentes. Y entre medias, surgió la CEOE, quien se posicionó del lado de Nadia Calviño al asegurar que la reforma de la ayuda es un asunto que compete a Trabajo, patronal y sindicatos y no es exclusivo de la líder de Sumar.

La reunión del SMI

Fuera de la vorágine de los dimes y diretes orbita la subida del Salario Mínimo Interprofesional, una de las primeras medidas que la vicepresidenta segunda se ha fijado como objetivo primordial en el crepúsculo de la legislatura. Entre los hitos por conquistar, Díaz tiene en mente que esta renta mínima no pierda poder adquisitivo en un contexto de altas tasas de inflación. Precisamente este jueves se conoció el dato del IPC adelantado al mes de noviembre, marcando un 3,8% en su tasa media del último año, que es la marca la subida que experimentarán las pensiones contributivas el próximo 2024.

El debate oscila con arreglo a este último dato, dado que la patronal puso sobre la mesa un incremento del 3% para este próximo 2024 en el SMI. A diferencia de otras ocasiones, la patronal no se opone a elevar la cuantía, pero sí han reclamado que su subida se limite a este porcentaje tanto este próximo año como en 2025.

El planteamiento de la CEOE, sin embargo, no convence ni a Yolanda Díaz ni a los sindicatos, a pesar de que la vicepresidenta segunda ha mostrado su confianza en un próximo acuerdo entre patronal y sindicatos. UGT y CCOO ya calificaron de “insuficiente” la oferta de la patronal. Las dos principales organizaciones sindicales optan por que la subida no se limite a tener en cuenta el IPC, sino que sea más ambiciosa y se comporte con arreglo a la evolución de los productos básicos, como la alimentación, para determinar su crecimiento.

Sendos sindicatos aún no ha presentado una propuesta tangible, pero sí han reiterado que son partidarios de elevar el SMI hasta los 1.200 euros al mes, lo que comportaría un incremento del 11,1% sobre la cifra actual. En este sentido, el objetivo compartido con el Gobierno es situar la renta mínima en el 60& del salario medio, tal y como marca la Carta Social Europea.