La economía mundial ya es una víctima de Wuhan. El coronavirus se extiende por los mercados de todo el mundo provocando su desplome. Concretamente Europa sufría ayer su peor sesión desde el referéndum del Brexit en el año 2016. Sin embargo, y a pesar que una apertura en números rojos generalizada, es el sector servicios el más afectado por la epidemia. Nuestros vecinos italianos, que en estos momentos forman parte del epicentro mediático en torno al virus, han sido testigos de cómo su economía se precipitaba por encima del 5 por ciento.

Las regiones del norte del país, las más prósperas y que suponen un tercio del PIB de Italia, permanecen en cuarentena. Venecia ha suspendido la celebración de sus carnavales, una de las atracciones turísticas más importantes del año, y las aerolíneas han suspendido sus vuelos.

Además, la producción y exportación de productos hacia el mercado asiático -especialmente las vinculadas al sector de lujo, que representan el 33 por ciento del total- se ha suspendido temporalmente y algunas instituciones públicas como escuelas, universidades o museos también han echado el cierre. Si el pronóstico para la economía italiana era, hasta el momento, poco esperanzador, ya que se preveía que en este año el país tan sólo creciera un 0,5 por ciento, el virus asiático ha echado por tierra las pocas ilusiones del mercado nacional. De hecho, Italia, sufrió una contracción en sus previsiones durante el último trimestre de 2019 de un 0,3 por ciento sobre el PIB previsto, aunque no contaba entonces con el golpe que el virus de Wuhan va a asestar al 40 por ciento de las exportaciones totales del país en el primer tercio del 2020.

Por ello, el Gobierno italiano se prepara para mitigar el impacto económico sobre la población activando planes de contingencia fiscal. El ministerio de Economía y Finanzas prevé aprobar el próximo lunes un decreto ministerial para la suspensión de pagos y obligaciones fiscales en los once municipios afectados por el contagio, entre ellos, incluidos el pago de impuestos, de hipotecas y de las facturas de electricidad en los ayuntamientos de la zona confinada. Además, el Ejecutivo también prevé aprobar un paquete extraordinario de ayudas para las empresas afectadas por el brote.

Sin embargo, el Gobernador del Banco Central de Italia, Ignazio Visco, contempla la ‘recesión segura’. Con las regiones del norte fuera de juego -Lombardia, Veneto y Emilia Romagna producen el 40% del PIB transalpino, unos 700.000 millones de euros anuales- las pérdidas para el país podrían alcanzar los 1.900 millones de euros diarios.

 ¿Cómo podría afectar el coronavirus en España?

“Nos está afectando ya. El virus tiene una influencia sobre los flujos de turismo dentro de la Unión Europea. Veremos cómo se presenta Semana Santa. Por eso, ahora se está intentando impulsar un turismo nacional, de interior, aunque no siempre funciona. Como sabemos los países más dependientes del turismo van a ser los que más sientan el miedo a viajar al contagio, algo que repercute a nivel global y en especial a aquellos países que son receptores mundiales de viajeros, como es España”, explica a ElPlural.com Celia Ferrero, vicepresidenta de la Asociación de Trabajadores Autónomos.

De hecho, son los valores ligados al turismo los que más han sufrido el derrumbe en el Ibex 35. Cada hora se estima que un centenar de ciudadanos chinos llegan a España para realizar turismo.  Una cifra que se ha visto reducida drásticamente y que supone, ‘quitar de la mesa’ los más de 1.086 euros por persona, según la última Encuesta de Gasto Turístico (Egatur), que cada turista chino deja en nuestro país. Según AENA, en 2019, el número de pasajeros chinos que entraron al país por sus aeropuertos ascendió a 521.354. Sin embargo, durante el mes de febrero y los próximos meses de marzo y abril, y en previsión del avance de la epidemia, esta cifra se desploma considerablemente, según la Asociación de Turismo España-China.

Por otro lado, también se están viendo afectados los suministros ligados a la industria, ya que buena parte de lo que se fabrica cuenta con componentes procedentes de China, cuyas industrias permanecen paralizadas. “En todo el suministro de piezas, España es el último mono y los más perjudicados serán los que forman parte del último eslabón, como siempre”, aclara Ferrero a este periódico en referencia a las pymes españolas.