La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) está en vilo por el avance del coronavirus. El organismo, presidido por Arabia Saudí y Rusia se encuentra reunido desde hace tres días en Viena, analizando el impacto del “ah1n1” sobre el mercado del petróleo y las posibles reacciones. No obstante, será hoy, jueves, cuando los expertos terminen de analizar el impacto del virus sobre la producción de crudo, afectada, sobre todo, por la desaceleración de la demanda en China.

Mientras Rusia apuesta por mantener la producción y los precios, otros miembros - en total son diez socios y trece aliados- apuestan por recortes en la producción de hasta un millón de barriles diarios para poder hacer frente al descenso de demanda a nivel global.

De hecho, Arabia Saudí, que exporta el 80 por ciento de su producción a China, es uno de los diez socios que apuesta por el tijeretazo. Será la decisión que se tome hoy la antesala del anuncio que la OPEP realice en la próxima reunión trimestral, en marzo. Entonces se espera que los recortes puedan rozar una cifra de 1,2 de barriles diarios, una cifra que se propuso el pasado mes de diciembre y que formaría parte de la hoja de ruta propuesta para 2020 pero que, sin embargo, parece haberse acelerado tras la propagación de la enfermedad. De hecho, el ajuste que la OPEP realizó hace unos meses podría haberse quedado corto y se contempla que esa cifra inicial se eleve considerablemente.

Pero ¿por qué se adoptan ahora estas medidas?  China es el principal impulsor de la demanda de crudo (10 millones de barriles diarios) siendo la OPEP su principal mercado. El brote del virus ha forzado al país a ralentizar su ritmo habitual, lo que ha provocado que el crudo a nivel internacional se haya desplomado entre un 15 y un 20 por ciento, si se tiene en cuenta el máximo marcado a principios de enero.

También se ha ralentizado el ritmo de vida en China y, por ende, el de la producción. De hecho, el país ha impuesto medidas excepcionales de cuarentena en diez ciudades, por lo que lo que intenta forzar el mercado es que los precios se eleven. De momento, ayer lo consiguieron: los precios del petróleo subieron un 2,6 por ciento, (55,3 dólares), en parte impulsados por los acuerdos que se están alcanzando respecto a posibles ajustes y que pretenden justificar el desplome de la demanda china. Los inversores se agarran, como a un clavo ardiendo, a una posible vacuna para combatir el coronavirus.

Coronavirus, epicentro de la guerra comercial

Pese a que el coronavirus parece ser menos virulento que el Sindrome Respiratorio Agudo (SARS) que se propagó en el año 2003, es precisamente el contexto de ‘guerra comercial’ en el que se encuentran envueltos China y Estados Unidos el que ha impulsado el pánico en los mercados.

Algunos expertos ya hablan de que la economía china experimentará un retroceso importante debido al impacto mediático de la enfermedad y la imprevisibilidad ante el avance de la misma. De hecho, las refinerías chinas prevén un desplome del 25 por ciento en sus compras de crudo este mes de febrero.