La pornografía puede ser posiblemente el único sector que no se haya visto agravado por la crisis sanitaria del coronavirus. De hecho, durante la etapa de confinamiento el consumo de este tipo de 'clips' se ha visto disparado, repercutiendo en jugosos beneficios para la industria. Y es que el consumo de contenidos pornográficos en Internet durante el año de la pandemia se ha visto incrementado en más de un 60%, según un informe sobre la pornografía online en España elaborado por la empresa de ciberseguridad y peritaje informático Quantika.

Entre las tendencias del consumo pornográfico, el estudio señala el incremento de visualizaciones del llamado “porno de venganza”, situación que se produce al romperse una pareja y una de las partes, por lo general el hombre, sube a la red vídeos sexuales como forma de represalia y humillación. A este respecto, el informe de Quantika sostiene en sus conclusiones que, "se encuentran muchos vídeos que pueden ser una clara prueba de un delito de agresión sexual". "Se aprecia como tendencia de mercado creciente la violencia a todos los niveles; desde la creación y difusión de vídeos cuyo contenido versa sobre – en teoría, supuestos- abusos y agresiones sexuales (situaciones en las que la mujer está inconsciente, ebria, o en una evidente situación de inferioridad respecto del hombre, como puede ser por una clara diferencia de edad) hasta contenido más explícitamente violento aún -si cabe- como aquellos en los que se aprecia que la mujer que aparece en los vídeos está siendo víctima de humillaciones, insultos e incluso golpes”, explican. 

También se ha visto incrementado el número de menores que acceden a este tipo de contenidos. Según el informe, "el 30% de los menores que consumen pornografía acceden a la misma a través de su grupo de iguales. Solo un 15% accede a estos contenidos por sí mismos y apenas un 6,4% lo hace por mensajes recibidos en redes sociales."

Sin embargo, estos datos parecen irrelevantes para una industria que no cesa de facturar. De hecho, los momentos de confinamiento no han sido los únicos en los que el consumo de porno se ha disparado. Según informes de la web Pornhub, durante el tiempo en el que Facebook, Instagram y Whatsapp sufrieron un desplome y estuvieron fuera de línea durante varias horas el 4 de octubre de 2021, el tráfico de Pornhub aumentó hasta en un 10,5%, lo que equivale a alrededor de medio millón de usuarios adicionales por cada hora que los servicios de Facebook estuvieron inactivos. 

pornhub insights traffic change facebook instagram outage october 2021

 

 

En concreto, según la web, "130 millones de personas visitan Pornhub todos los días, de todas partes del mundo lo que representa una variedad de orígenes culturales y socioeconómicos".  El análisis de estos miles de millones de visitas y páginas vistas ofrece una instantánea no solo de qué tipo de pornografía estaba viendo el mundo, sino también de qué dispositivos y tecnologías se están usando para conectarse a Internet y de la potencia que tiene el mercado en la sociedad que nos rodea.

De hecho, en 2020, el año más duro de la pandemia, los dispositivos móviles representaron el 84% de todo el tráfico de Pornhub en todo el mundo. El 80% de eso provino de teléfonos inteligentes, que vieron crecer su participación en un 4.7%. El tráfico de tabletas se redujo en un 29% en 2020, mientras que el tráfico de ordenadores de escritorio y portátiles se redujo a solo el 15% del tráfico global de Pornhub.

En este contexto, Mastercard y Visa han sido las únicas entidades hasta el momento, y de las que se tenga conocimiento que anunciaron que no permiten pagos con tarjetas de crédito en la plataforma pornográfica. El motivo son las acusaciones a la página web de tener vídeos ilegales. En concreto la acusación se produjo el pasado año a través del periódico The New York Times, en el que se señalaba una ilegalidad en el contenido de la web, como en tantas otras. El periodista Nicholas Kristof hablaba de violaciones, explotación sexual y maltratos. A esta acusación la web realizó una revisión de los vídeos y estimó que solo se puedan publicar vídeos de los usuarios identificados. Sin embargo, los contenidos de carácter violento en los que, sobre todo la mujer adopta una postura de sumisión, siguen permaneciendo y son consumidos diario, lo que nos lleva a plantearnos. ¿En qué tipo de sociedad nos hemos convertido?