Es muy cierto que el sector farmacéutico es uno de los más fiables y rentables del mercado, pero hay que tener en cuenta que, aunque esto sea así, no todo el mundo puede abrir una farmacia.

De hecho, se habrá observado que hay un determinado número de las mismas que siempre se repite y que va en función de la cantidad de población que haya en un determinado lugar. Sencillamente, se establece que haya una farmacia por cierto número de habitantes y que éstas estén, además, accesibles de forma sencilla para los mismos. A la hora de localizar farmacias cercanas, una buena opción es recurrir a las Páginas Amarillas o a Internet. En el caso de que una esté cerrada, suelen contar allí mismo con la información de que la que esté de guardia y quede más próxima. Pero, ¿cómo se consigue abrir una farmacia?

  • Consecución del permiso. Es fundamental que se obtenga la correspondiente autorización de instalación y para ello hay que dirigirse a la Conserjería de Sanidad que corresponda, en función de en qué comunidad autónoma se tenga interés. Cada cierto tiempo es habitual que salgan en convocatoria concursos para abrir farmacias. Sino se quiere optar a estos concursos las únicas vías que quedan son la de comprar una licencia que ya exista previamente (lo que suele ser bastante costoso) o bien heredarla. Es por este último motivo por el que es tan habitual que este negocio pase de padres a hijos.
  • Elegir la zona. Como decíamos para esto también hay límites. Según la normativa vigente cada farmacia debe respetar un mínimo de 250 metros con respecto a las preexistentes. Además, sólo se puede establecer una nueva farmacia si se sobrepasan los 2800 habitantes y no se ha cubierto esa necesidad antes. Es decir, por cada 2800 personas que vivan cerca se puede poner una farmacia. Si esa cifra es mayor, se puede contar con una nueva y, así, sucesivamente. Lo ideal es que la farmacia nueva piense en una ubicación donde pueda ser más útil porque se entiende a la misma como un servicio público.
  • Otro tipo de requisitos. Una vez que se cuenta con la licencia, hay el suficiente número de habitantes para abrir la farmacia y se ha escogido el lugar, quedan unos cuantos trámites por hacer. El primero de ellos es el de tener el título académico que corresponde con la cédula de colegiación del titular. Por supuesto, también hace falta contar con el contrato de arrendamiento o propiedad del local que va a servir de farmacia. El plano del local (que estará sellado por el Colegio de farmacéuticos) suele ser revisado y se hacen constar las diferentes dependencias con las que cuenta. No puede faltar tampoco el contar con una licencia sanitaria, el registro de patente de industria y haberse dado de alta en Hacienda.
  • Productos y aparatos. Según la Farmacopea Española IX hay una serie de utensilios, aparatos, productos químicos y medicamentos de urgencia con los que toda farmacia ha de contar.
  • Seguridad. En función de la comunidad autónoma, también se pueden exigir ciertas normas de seguridad.