La tecnología, como cualquier otro aspecto, goza de tantos beneficios como inconvenientes. Para evitar en la mayor medida posible los segundos, los Gobiernos nacionales y las uniones internacionales tienen la capacidad de legislar y guiar la entrada de nuevos procesos. Esta es la asignatura pendiente que Europa y España deberán abordar si quieren evitar que en los próximos diez años la Inteligencia Artificial (IA) destrozar hasta 400.000 empleos. El estudio de la empresa Randstad revela que esta tecnología podría crear 1,61 millones de puestos de trabajo en el país y destruir otros dos millones, de lo que emana una diferencia negativa.

El estudio pone el foco sobre el 9,8% de empleos del país que corren el riesgo de automatizarse y acabar con los trabajadores que los desarrollan. Otro 15,9% aumentaría su productividad y la gran mayoría, el 74,3% (15,19 millones), apenas experimentarán cambios significativos. A nivel sectorial, trabajos poco cualificados sufrirán un duro golpe. Así, el área más afectada sería la del comercio, con la eliminación de 158.415 empleos. A esta le seguirían las actividades administrativas, donde se destruirían 147.915 puestos de trabajo, y la hostelería (-112.770 empleos).

En sentido contrario, los sectores que se beneficiarán de la mayor creación de empleo neta son la programación y consultoría (76.364 empleos más), las telecomunicaciones (8.995 empleos), los medios y publicaciones (3.576 empleos) y las actividades profesionales, científicas y técnicas (48.816 empleos). Otros sectores como son la agricultura, ganadería y pesca, que actualmente se encuentran en pie de guerra en todo el continente, las actividades asociativas, las industrias extractivas o la construcción experimentarán un impacto "limitado" con la llegada de la IA.

Más productividad, pero ¿a qué precio?

La otra variable abordar por el estudio es la de la productividad, que se verá sumamente beneficiada por la introducción de la IA. Según Randstad, la implantación de esta tecnológica podría disparar hasta un 40% la productividad en empleos del sector de la programación y la consultoría. Además, las actividades de seguros (37%), los servicios financieros (36%) y los medios y publicaciones (33%) gozarían también de incrementos sustanciales. La automatización podría afectar hasta el 18% de los empleos a nivel global y el Producto Interior Bruto (PIB) mundial podría aumentar en un 7% como consecuencia de la implantación de la IA.

De cumplirse estos pronósticos, estaríamos ante una “revolución económica” no conocida desde anteriores revoluciones económicas, tal y como ha calificado, el director de Randstad Research, Valentín Bote. No obstante, todavía queda mucho camino que recorrer, pues pese a las proyecciones, el 54,5% de las empresas aseguran que no utilizan IA, mientras que el restante 45,5% de empresas que sí reconocen utilizarla, según el estudio. Las actividades principales a las que se dedica la IA son el análisis de los datos (49,2%), la optimización de tareas administrativas o la automatización de procesos (36,1%).

La aplicación, como no podría ser de otra manera, varía también en función del tipo y el tamaño de las empresas, siendo las más grandes las que mayor implantación recoge. Por el momento, el uso de esta tecnología es muy incipiente en pequeñas empresas, mientras que su grado de utilización está mucho más extendido en las empresas grandes debido a su mayor capacidad de inversión.

Acción del Gobierno

Desde el Gobierno de coalición, la implantación sostenible y viable de la IA es una de las principales apuestas. José Luis Escriva, ministro de Transformación Digital y Función Pública, es uno de sus principales defensores, aunque tiene claro que no debe dejarse rienda suelta a esta tecnología. “La regulación de la IA tiene que ser fruto de un debate nacional para definir entre todos los límites entre lo que pueden hacer las máquinas y lo que ha de reservarse a los humanos. Aprovecharemos así las ventajas de esta tecnología controlando sus riesgos”, ha defendido este lunes.

España continúa avanzando en esta materia y el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado la creación de un Gran Modelo Fundacional de Lenguaje de inteligencia artificial entrenado "específicamente" en castellano y el resto de lenguas cooficiales de España. El líder ha realizado el anuncio hace apenas unas horas, durante el discurso que ha realizado en la cena oficial del Mobile World Congress (MWC), y ha explicado que para ello, el Gobierno colaborará con el Barcelona Supercomputing Center (BSC), la Red española de supercomputación, la Real Academia Española de la Lengua (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua Española.