Antoni Soler i Guasch, popularmente conocido como Toni Soler, es un productor español con una larga y prolífica carrera en diversos medios de comunicación. En prensa trabajó en diarios como Avui o El Observador y en la actualidad colabora con el diario Ara. En el año 95 comenzó su carrera radiofónica como guionista en un programa, que por aquel entonces dirigía Andreu Buenafuente, en Rádio Barcelona, y cinco años más tarde inició su andadura en solitario como presentador de Minoría Absoluta en Rac1, llegando a ser galardonado con los premios Ciudad de Barcelona y Ondas. El éxito de este programa lo trasladó a la pequeña pantalla, donde ya había desarrollado otros contenidos, en año 2006, con el estreno de Polónia: una ficción satírica que repasa la política en clave de humor en TV3. A todo esto, hay que sumarle su faceta de escritor y la de comisario, en el año 2014, de los actos conmemorativos que organizó el Ayuntamiento de Barcelona de forma coordinada con la Generalitat de Catalunya por los hechos del 11 de septiembre de 1714.

Prioridad de la ideología ante el trabajo

Sin embargo, en su extenso recorrido no solo ha habido grandes éxitos, como el citado programa que lleva más de una década en antena con ingentes audiencias, si no también polémicas. La última ha sido representada por el propio Soler y su equipo el pasado jueves, tras el decreto de prisión provisional dictado por la jueza Carmen Lamela para el ex vicepresidente de la Generalitat de Cataluña, Oriol Junqueras, y otros ocho ex consejeros del extinto Govern, como medida cautelar por su vinculación con presuntos delitos de sedición, rebelión y malversación de caudales públicos, en el marco de la investigación de los hechos relacionados con la celebración del referéndum ilegal del 1-O y  la declaración de independencia de Cataluña.

Toni y el personal de los programas 'Polònia' y 'Està passant', de acuerdo con la dirección de la cadena decidieron cancelar ambos programas. En esta tesitura, TV3 dedicó un especial informativo que ocupó toda su parrilla. Pero la sorpresa llegaba a través de la red social Twitter: por una parte los trabajadores del programa 'Polònia' informaban en un simple mensaje: "Hoy no hay programa. No tenemos ganas de reír"; al mismo tiempo que el presentador señalaba en otro tuit: "No hay programa, no hay ganas de broma. Nos vamos a las calles", y el hashtag #Llibertatpresospolitics.

 

Sorprende que un grupo de profesionales que se dedican al humor hagan este tipo de comentarios, no por el hecho de no tener ganas de reírse, si no porque se les presupone que hacen sátira para hacer reír a la audiencia.

En una entrevista al portal ‘Vertele’, el director de la productora Minoría Absoluta, aseveraba que el contenido que iban a mostrar ya no tenía vigencia ya que “había como mínimo dos apariciones de Oriol Junqueras, también sketches explicando el vodevil de la República catalana, la entrada de Soraya Sáenz de Santamaría al Palau de la Generalitat... pero todos quedaban muy caducados por lo ocurrido esta tarde". Así mismo, añadía el productor “el programa siempre ha podido lidiar con la actualidad pero en este caso ha sido imposible porque no había margen de maniobra (...) Después del 1-O y de la violencia policial, al otro día estábamos todos sintiendo que era un mal rollo hacer programa, pero aún así lo sacamos".

 

Desconciertan las palabras de Toni Soler, ya que dos años antes afirmaba en una entrevista para ‘Perdidos en la tele’ que: “a diferencia de otros programas, aquí no hay una hora límite para entregar los guiones, dependiendo de la actualidad se cambian. Hacemos mucha planificación previa, pero todo el mundo sabe que la actualidad puede hacer saltar por los aires muchos temas. Nos hemos acostumbrado a esto y ya no le vemos ningún tipo de inconveniente. Los actores ya se han acostumbrado a que algunas veces reciban los guiones justo al entrar a rodar”, a la vez que aseveraba que: “en todos los parámetros este es un programa de ficción, pero en su funcionamiento interno es un espacio, que está más en la línea de un informativo, en el sentido que se trabaja a contrarreloj. Hemos aprendido a hacer gags que sean adaptables a cualquier situación”.

 

Llegado a este punto, solo queda preguntarle si siempre se cancela un programa cada vez que un juez envía a prisión a un protagonista de su programa.