Que el final de Juego de Tronos ha causado estragos ya es un secreto a voces. Dos semanas después de que la serie terminase su andadura en HBO, uno de sus actores se ha convertido en protagonista y ha ocupado todos los titulares. Según publican algunos medios estadounidenses, Kit Harington, el actor que da vida a Jon Snow en Juego de Tronos, ha ingresado en una clínica de rehabilitación por "problemas personales". "Kit ha decidido utilizar este descanso en su agenda como una oportunidad para pasar un tiempo en un centro de bienestar para trabajar en algunos problemas", dijo un portavoz del intérprete en un comunicado.

Esta fue la reacción del entorno más cercano al actor después de que el portal Page Six publicase que Harington comenzó un tratamiento contra el estrés y la adicción al alcohol en una exclusiva clínica de Connecticut (EE UU) unas semanas antes del final de la serie. Según la información de esa web, el actor lleva casi un mes en tratamiento.

Su papel en Juego de Tronos ha sido uno de los grandes protagonistas en estos ocho años, lo que le llevó a Harington a reconocer en repetidas ocasiones que estaba sometido a una gran presión que tenía efectos negativos sobre su salud, por ser una de las cabezas visibles de una serie que seguían millones de fans en todo el mundo. 

No es el único actor de Juego de Tronos que al que su salud se ha visto afectada. Hace unos meses fue la propia Emilia Clarke, Daenerys en la ficción, quien contró en la revista The New Yorker que sufrió dos anaeurismas mientras rodaba la serie. También Maisie Williams (Arya) y Sophie Turner (Sansa) han comentado en alguna ocasión que la fama repentina que tuvieron con la serie y el boom en las redes sociales no fueron beneficiosas para su salud mental.