"Mi falta de conocimiento sobre el asunto, el exceso de trabajo que tengo y el poco tiempo que he tenido hace que la calidad de las palabras que voy a pronunciar deje mucho que desear por lo que pido perdón por las mismas". Así comenzaba José Antonio Sánchez, presidente de la Corporación RTVE, un simposio con el que pretendía celebrar el convenio firmado entre la radiotelevisión pública española y la Casa América por el cual intercambiarán contenidos a fin de tender lazos culturales. Unas palabras que ya barruntaban alguna que otra errata u omisión, pero lo que desde luego no se esperaba eran las barbaridades que Sánchez pronunció.

El presidente de RTVE presentó una visión revisionista de la conquista española en el continente americano. Llegó incluso a afirmar que “España no fue colonizadora, fue evangelizadora”. Y lo más sorprendente, es que no fue lo peor que dijo.

"Cuando los pueblos indígenas de américa tenían el sacrificio humano como práctica religiosa habitual, cuando el autosacrificio, el derramamiento de sangre y la decapitación humana eran obsesiones supremas, cuando se acostumbraba a arrojar al vacío a guerreros, jóvenes y vírgenes para invocar a la lluvia, y cuando las princesas vírgenes eran ofrecidas en Chichen Itza en su cenote sagrado, cuando todo esto ocurría, digo, ya hacía dos siglos que Dante había escrito la Divina Comedia y Petrarca su Cancionero, Miguel Ángel pintaba la Capilla Sixtina, El Greco pintaba en España y el Bosco había terminado El jardín de las Delicias".

Tras denostar de esta manera la cultura indígena, defendió la labor civilizatoria de los conquistadores: “Los españoles que fueron a América eran unos españoles que tenían unas Cortes desde hacía mucho, que tenían sometido al Derecho cualquier poder o arbitrariedad, que vivían en un país lleno de catedrales", a lo que añadió que "¿qué se hicieron cosas malas? ¿Y quién no las hizo en una conquista?".

Una cita polémica

Pero no contento con todo lo dicho, trajo a colación una cita de la antropóloga e historiadora australiana Inga Clendinnnen, afirmado que: "Lamentar la desaparición del Imperio azteca es como mostrar pesar por la derrota de los nazis en la II Guerra Mundial".