Os pido que leais estas líneas antes de opinar: José Luis Corcuera hizo hace unos años lo mismo que tiene que hacer el PSOE ahora. Nada más y nada menos. Corcuera me recuerda otro socialista fundamental (y olvidado), Antonio Amat, que también supo que lo importante -en momentos críticos- no es cambiar, sino hacer posible el cambio. Amat, entendió allá por los 50/60 que el tiempo del socialismo exterior se terminaba: era el tiempo del interior. Corcuera, entendió allá por los 70/80 que la lucha sindical tenía que ser distinta: tenía que ser eficaz. Uno y otro defendieron que la eficiencia en política es vital para que una ideología sirva para algo. Amat, murió tirándose al mar entre la península y Baleares. Corcuera, se ha refugiado en el silencio tras sufrir por el silencio. No acepto que se les olvide.
El PSOE tiene hoy los mismos problemas que vivieron esos dos gigantes del socialismo: no acabar de terminar con el exterior, ni termina de entender que tiene que ser eficaz para las gentes.
El exterior del PSOE, hoy, es muy parecido al que vivimos cuando la transición: había quien consideraba que lo que se hizo en el pasado era crítico para definir el presente. Típico disparate de aquel que no quiere envejecer. Aquellos socialistas de Toulouse tenían todas las razones para defender lo que hicieron. Pero, Antonio Amat y otros, entendieron que su tiempo había pasado. Ahí surge el PSOE de Felipe González.