Ni el más pesimista de Brasil se habría imaginado hace ocho años vivir esta situación. Es tal el rechazo de la población brasileña a este Mundial, que esta noche en la ceremonia inaugural se han suprimido los discursos de la presidenta Dilma Rouseff (desde hace meses soñaba con ese mágico momento) y el de Josep Blatter, desgraciadamente todavía presidente de la FIFA. Tiene 78 años y pese a todas las denuncias de corrupción amenaza con presentarse a la reelección.

Diferentes grupos han amenazado con salir a las calles durante el Mundial, que comienza el jueves en Sao Paulo, para expresar su rechazo contra la organización del torneo y los elevados gastos de su celebración. EFE



Los brasileños no son tontos
Y ya no soportan que les tomen más el pelo. Con las penalidades y carencias que están soportando en los últimos años, su gobierno se ha gastado 11.000 millones de euros (el triple de lo presupuestado inicialmente) en organizar este Mundial de fútbol. ¿Para que 12 sedes y tantos estadios nuevos e infraestructuras? se pregunta el 80% de los brasileños.

Neymar al rescate
La presidenta de Brasil reza para que esta noche Neymar marque un par de goles a Croacia y calme un poco los ánimos de sus conciudadanos. ¿Se imaginan si Modric y Rakitic, nuevo jugador del Barça, dan la sorpresa en el Arena Corinthians de Sao Paulo? Para todos, incluso para España, es mejor que Brasil logre la victoria y sume los tres primeros puntos. ¿Por qué? Para los intereses de nuestra selección no sería bueno cruzarnos con los brasileños en octavos de final.

La Roja, en Salvador de Bahía
Dentro de unas horas, nuestros internacionales realizarán el último entrenamiento en el Arena Fonte Nova, estadio donde mañana (22:00 horas) se enfrentarán a Holanda. Aunque Del Bosque no suelta prenda para mantener en tensión a sus jugadores, ya tiene perfilada la alineación titular. Son fijos en el once: Casillas, Azpilicueta, Ramos, Piqué, Alba, Busquets, Xabi Alonso, Xavi, Iniesta, Silva y Cesc Fábregas o Diego Costa. Por cierto, como era de esperar, el delantero de Lagarto (al que acusan de traidor por jugar con España) no despierta indiferencia entre sus compatriotas.