Hay quien cree que los demás deben seguir su palabra como si fuera la palabra de Dios. Y aunque no sabemos a ciencia cierta si Aznar pertenece a esa categoría de persona, en El Intermedio han decidido tomarlo al pie de la letra, por lo que han creado (y mantienen) a la Iglesia de Aznar, cuyo Papa es el Gran Wyoming, siendo Dani Mateo su monaguillo. Así, Wyoming, apocalíptico, predica que: "Nuestro dios Aznar, que todo lo ve desde su Trono Celestial, ¡nos alerta de que que el demonio se ha apoderado de nuestras instituciones!". Y lo que es risible (y preocupante) es que después aparezcan unas declaraciones de Aznar en ese sentido.
Pero la devoción a Aznar ha de mantenerse, porque "no somos dignos de él", advierte el Papa Wyoming, que nos consuela en su sermón afirmando que Aznar "asesora nuestras almas con el mismo celo con el que asesora a los consejos de administración de grandes corporaciones internacionales".
Y todo buen fiel de la Iglesia de Aznar, si no quiere verse sometido a los fuegos de la condenación, ha de seguir al pie de la letra sus Mandamientos, que nos trajo al descender sobre la calle Génova:
- Amarás a Aznar sobre todas las cosas
- No tomarás el nombre de José Mari en Vano
- Santificarás las fiestas e invitarás a ellas a los cabecillas de la Gürtel
- Honrarás a tu madre y a tu pádel..
Pero seamos humilides al seguir su ley y pensemos que, como sentencia Wyoming: "Todos somos iguales a los ojos de Aznar... igual de inferiores".
