Los papeles que un grupo de Mossos intentaron quemar en una incineradora del Besós están aportando grandes revelaciones. La última, explicaría el nacimiento del procés o el por qué del cambio desde el nacionalismo catalán al independentismo de Convergencia: había que tapar la corrupción.

Entre esos papeles, destaca una nota en la que se apuntó lo hablado en una reunión de finales de 2011. En ella, se sentaron al rededor de la misma mesa altos cargos de Convergencia y tres hijos del expresident Jordi Pujol. Juntos, según desvela la documentación, se habló de la creación de un plan: conseguir el auge del independentismo para que este tema copara todos los titulares e intereses sociales y, así, tapar los casos de corrupción del partido, que por aquel entonces ya empezaban a dar que hablar.

"Las gestiones que se vienen practicando sobre las estructuras de cobertura diseñada y montada desde hace años, por ciertos dirigentes de Convergencia, así como de Unió, para camuflar el cobro de sobornos y/o comisiones", se puede leer en dicho documento.

Pero además, se habría producido otra reunión, también en 2011, en noviembre, con la presencia de los "máximos dirigentes de Convergència". En ella se sentaron las bases de lo que ahora llamamos procés.

Tapar el 3% y el caso ITV

Y es que, las investigaciones policiales no dudan en asegurar que el objetivo de este “plan independentista” no era otro que apartar el foco de atención y dejar en segundo plano tramas como la del 3% y la de las ITV.

Desde el PDeCat han querido rechazar estas acusaciones asegurando que nada tiene que ver la corrupción con el independentismo y que intentar convencer a la gente de ello es “demostrar un profundo desconocimiento de lo que ocurre en la sociedad catalana”.

Se necesitaba una manta y encontraron la Estelada y se han dedicado a agrandar la Estelada para que tape más cosas”, ha contestado la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas.

Espiar para negociar

Pero las investigaciones policiales están dando más frutos y es que, fueron más las cajas que consiguieron librarse de la incineradora.

Según explican los investigadores, el que fuera conseller de Interior Felip Puig, ordenó vigilar a figuras claves del PP con el fin de conseguir “información sensible” con la que luego poder negociar, una afirmación que apunta más al posible chantaje.

Entre esas figuras, todo parece apuntar a que Alicia Sánchez Camacho, exlider del PP en Cataluña, fue una de las espiadas.