Los trabajadores de Nestlé España han mostrado su "inquietud" por la situación política en Cataluña y por la llamada a boicotear los productos de procedencia catalana, que consideran pueden poner en peligro sus puestos de trabajo.

Nestlé es una multinacional suiza que tiene su sede española en Esplugues de Llobregat (Barcelona) y que cuenta con plantas de producción en una decena de municipios de toda España, como Girona, Viladrau (Girona), Reus (Tarragona), Castellbisbal (Barcelona), La Penilla (Cantabria), Gijón o Herrera del Duque (Badajoz). Dado que tanto la oficina central como cuatro plantas productivas están en Cataluña, la plantilla teme que las llamadas al boicot a los productos catalanes afecten a las ventas y al mantenimiento del empleo.

En un comunicado, la sección sindical de UGT FICA en Nestlé ha exigido el cese del boicot a los productos del grupo en España, "del que dependen miles de puestos de trabajo en todo el territorio nacional". "Las familias que trabajan para Nestlé están repartidas por todo el territorio nacional", recuerda el sindicato, que subraya que la empresa colabora con proveedores, ganaderos y demás servicios en todo el país y que genera por tanto miles de empleos indirectos.

Nestlé alcanzó el pasado año en España una cifra de negocio de 2.098 millones de euros, y las ventas en el mercado español alcanzaron los 1.533 millones, lo que supone un 2,1 % más que en 2015. Sólo en España, Nestlé da trabajo directo a más de 4.930 personas. 

Empresas en 'el exilio'

Esta es una manera en la que el procés ha afectado a las empresas en Cataluña. Sin embargo, hay que recordar que desde el 1-O, muchas multinacionales e incluso pequeñas corporaciones han abandonado tierras catalanas paulatinamente. Desde esta fatídica fecha, la cifra de sociedades que pusieron rumbo a otros puntos de España asciende a 1.821. Unos guarismos que hacen mucho daño a Cataluña, aunque también, aunque parezca lo contrario, al resto de España. 

Las más significativas y poderosas, como CaixaBank, Sabadell, Allianz o incluso Aiguas de Barcelona fueron las pioneras en el éxodo a otros puntos de España. Madrid ha sido una de las ciudades 'afortunadas' en acoger a estas grandes empresas, algunas del Ibex, que trasladaron su sede social. Además de la incertidumbre creada por los ánimos de autodeterminación de los nacionalistas, el Gobierno central favoreció esta marcha con un salvoconducto en forma de decreto que acelerara y facilitara el proceso de transición. De esta manera, también, el Ejecutivo pretendía frenar las ansias independentistas, aunque en vano. 

Muchas grandes corporaciones que decidieron probar suerte lejos de Cataluña ante la incertidumbre y quién sabe si ante un posible boicot del resto de la población. Un hecho que está experimentando Nestlé y que puede dejar muy tocada a la multinacional suiza si no cesa a tiempo.