CaixaForum Palma presenta la exposición Homo Ludens. Videojuegos para entender el presente, organizada por la Fundación “la Caixa”. Se trata de una muestra de 56 piezas, que incluye videojuegos y obras de arte, creadas por 34 autores diferentes. En ella se brinda una visión plural y crítica de los videojuegos, y se invita a una reflexión sobre el papel central del videojuego en nuestra cultura. Se evidencia que no se trata solo de productos industriales, sino también un fenómeno cultural, estético y artístico.

Hay que tener en cuenta que son más de 2.500 millones de personas las que juegan regularmente a los videojuegos. Su presencia en los distintos ámbitos de la sociedad es una consecuencia lógica del enorme porcentaje de población mundial aficionada a esta actividad. El juego como práctica reguladora ha estado siempre presente durante toda la historia, pero ahora, con la llegada de los videojuegos, su lugar es preponderante. La muestra ofrece una visión sociológica, en la que se unen cultura y tecnología, e industria y arte. Para ello, la expo incluye creaciones de Mónica Rikić, Premio Nacional de Cultura 2021 de la Generalitat de Catalunya, Bill Viola, Hamilton Mestizo, Matteo Bittanti o Robert Yang, entre otros. Durante el recorrido se abordan temas como las mecánicas universales del juego, la industria millonaria del videojuego, su influencia en otras disciplinas como el arte y la ciencia, o la identidad en un mundo donde lo real convive con lo virtual.

La exposición reserva un sitio para la nostalgia que nos permite entender el presente

Como puede suponerse, la exposición es interactiva y en ella los visitantes pueden actuar como gamers. El propio espectador es el que elige el recorrido que prefiere seguir, tal y como haría dentro de un videojuego, desde una plaza central que es, a su vez, antesala e intercambiadora de la muestra. Nada más entrar, una sala da la bienvenida a los visitantes, que verán un mural de pantallas en la que se ve a personas de todas las edades, de frente, jugando a los videojuegos. En un mostrador, cada espectador recibe el dispositivo Coin, con el que podrá interactuar con la exposición y con el que puede contestar a una serie de preguntas mientras recorre su itinerario elegido. Una vez respondidas las preguntas, un avatar generado ad hoc identificará a cada visitante con un perfil de gamer. El espectro va desde el más escéptico al más fanático de los videojuegos. Los avatares activos estarán proyectados en tiempo real en la última sala de la exposición. Se puede decir que vida y juego forman una unidad y en ella todos somos jugadores, lo queramos o no.

La expo Homo Ludens analiza el fenómeno de los videojuegos

La exposición está dividida en diferentes ámbitos. El primero de ellos es Jugamos desde siempre, y en él se explican las principales mecánicas universales de los juegos: recolección, guerra, configuración, habilidad y simulación. Se exponen aquí juegos tradicionales como el ajedrez, el puzle o las canicas, junto a los videojuegos retro más conocidos, como el Tetris, el Street Fighter o el Pac-Man. El segundo, Jugamos con dinero, analiza la capacidad que ha tenido la industria en generar un público masivo. Ya hemos dicho que son más de 2.500 millones de personas en el mundo las aficionadas a los videojuegos. El tercer ámbito es Jugamos con la identidad, y analiza cómo la vida online nos influye a nivel individual y colectivo, tanto dentro como fuera de la pantalla. El quinto es Jugamos creando, y presenta a los videojuegos como herramientas de progreso, llegando a ser un medio en la creación artística, urbanística o científica. Tengamos en cuenta que, por ejemplo, tienen utilidad para la búsqueda de tratamientos de enfermedades como el cáncer, el alzhéimer o hasta el COVID-19, o para el diseño urbanístico, como ha sido el caso de la reforma del barrio Royal Seaport, en Estocolmo (Suecia). El sexto, Juguemos con los márgenes, expone proyectos que rompen las reglas tradicionales de los videojuegos, estableciendo un nuevo orden. El séptimo ámbito es Jugamos sin darnos cuenta, y en él se muestra la presencia de los videojuegos en todos los apartados de la vida cotidiana. Por eso se puede afirmar que todo el mundo juega. El octavo y último no podía tener otro nombre que no fuera Pantalla final. Se trata de un espacio diáfano, en el que se puede interactuar con una proyección. Ese es el preciso momento en el que el visitante conocerá su avatar y descubrirá el perfil de jugador que tiene en el mundo videoludificado. Homo Ludens. Videojuegos para entender el presente se puede visitar hasta el 27 de agosto en CaixaForum Palma.