Un estudio llevado a cabo por el BarcelonaBeta Brain Research Center (BBRC) ha conseguido dar con un nuevo indicador cerebral que permite detectar el Alzheimer en sus etapas iniciales. Se trata concretamente de la disminución del flujo sanguíneo cerebral antes de que aparezcan los primeros síntomas de la enfermedad. 

El proyecto se ha desarrollado de manera multilateral con diferentes equipos de la Fundación Pasqual Maragall a través de la técnica Time-encoded Arterial Spin Labeling (teASL), la cual permite medir el flujo sanguíneo cerebral mediante secuencias de resonancia magnética. Este factor se convierte en esencial para el funcionamiento del cerebro y como indicador de posibles enfermedades neurodegenerativas ya que es a través de él que se proporciona oxígeno y glucosa al cerebro. Por ello, mediante esta innovadora técnica ASL se ha podido conocer la cantidad de flujo sanguíneo en el cerebro de un total de 59 participantes. 

En esta línea, el doctor Michalis Kassinopoulos, investigador postdoctoral del BBRC y autor del estudio, señala que “hasta ahora, las técnicas ASL disponibles nos permitían medir y comparar el flujo sanguíneo cerebral en personas con ‘tiempo de retraso único’. Esto hace referencia al tiempo que tarda la sangre arterial en transitar desde las arterias carótidas a la región cerebral de interés. [...] Sin embargo, estos métodos no eran óptimos para detectar cambios sutiles en las primeras etapas de la enfermedad, ya que estaban influenciados por diferentes factores que afectan a las variaciones del tiempo de tránsito sanguíneo entre distintos individuos y entre las diversas regiones del cerebro en cada persona”. 

Pese a ello, ahora el BBRC ha podido detectar una nueva secuencia de resonancia magnética, desarrollada por el Centro Médico de la Universidad de Leiden - la teASL-, que dada su mayor sensibilidad permite reducir las diferencias de tiempo de tránsito arterial en la estimación de flujo sanguíneo, así como para estudiar la relación que hay entre este y la patología amiloide y tau, responsables de la enfermedad del Alzheimer. Entre otras cosas, también se ha estudiado la relación entre las disminuciones de flujo con biomarcadores del líquido cefalorraquídeo vinculados a la disfunción sináptica, la neurodegeneración y el rendimiento cognitivo. 

Toda esta investigación ha sido posible gracias a la colaboración de un total de 59 participantes. Estos se han separado a su vez en tres grupos: uno formado por 24 pacientes sanos sin ninguna patología ni acumulación de proteína amiloide en el cerebro; otro formado por 18 personas sin deterioro cognitivo pero con patología amiloide presente; y un tercero con 17 voluntarios, pacientes de la Unidad de Investigación Médica del Hospital del Mar de Barcelona, que padecen la enfermedad. En este sentido, del conjunto de pacientes sanos, una treintena pertenecen al estudio Alfa, impulsado por la Fundación ‘la Caixa’.

A partir de todo este estudio se ha podido concluir que el flujo sanguíneo cerebral reducido se encuentra en personas todavía en una fase asintomática del Alzheimer y también en aquellas personas que experimentan un declive cognitivo con patología beta-amiloide. En este sentido, el doctor Juan Domingo Gispert, colaborador del BBRC y autor del estudio comenta que “el flujo sanguíneo reducido es un acontecimiento de la cascada patológica previo a lo que se pensaba, abarcando etapas preclínicas”. “Estos hallazgos proporcionan una visión del papel de este proceso temprano en la enfermedad y pueden ayudar a dar forma a futuras estrategias de prevención”.