CaixaForum Zaragoza acoge la exposición Mamut. El gigante de la Edad de Hielo, que podrá visitarse hasta el 4 de septiembre, en la que podemos adentrarnos en la vida de estos animales fascinantes que se extinguieron hace ya 4.000 años. La muestra, organizada por la Fundación “la Caixa”, permite rodearse de estos mamíferos y entender cómo vivían. La pieza central, alrededor de la que gira toda la muestra, es un fósil real de mamut lanudo, originario de la región de Tiumén (Rusia). Un impresionante esqueleto de 6 metros de largo y 3,5 metros de altura, que tiene entre 40.000 y 50.000 años de antigüedad.

Se han identificado en el pasado unas 200 especies de proboscidios –que engloban a los animales con trompa-, entre las que se encuentran las que dieron origen a los elefantes, que hoy solo cuentan con tres especies. Entre ellas, el elefante asiático es el pariente más cercano al mamut. En los mapas de la exposición se puede ver cómo el mamut, después de tener su origen en África, hace 5 millones de años, salió hacia otros territorios 1,5 millones de años más tarde. Hace unos 4.000 años se extinguieron los últimos mamuts lanudos, que se encontraban en la región Ártica rusa.

Detalle de las patas del esqueleto del mamut lanudo

El extraordinario estado de conservación de los restos fosilizados, y hasta de momias congeladas, hace del mamut lanudo la especie mejor conocida de la Edad de Hielo. Este mamut era algo más pequeño que las especies que le precedieron, mamut meridional y mamut de la estepa, y que le sucedieron, como el mamut colombino de Norteamérica. En la muestra podemos comprobar, además, su cambio de dieta a lo largo del tiempo, gracias a que están expuestos diversos molares.

La exposición, además, invita a reflexionar sobre de la extinción de los mamuts, algo que sigue sin estar aclarado al cien por ciento. La acción humana, mediante la caza indiscriminada, es una de las hipótesis. De hecho, sus parientes vivos, los elefantes, se enfrentan a la misma amenaza, y solo el haber pasado a ser una especie protegida ha permitido su supervivencia. La otra hipótesis es la del cambio climático. El aumento de la temperatura global favoreció la extensión de los bosques, eliminando grandes zonas de praderas, haciendo desaparecer así el principal sustento de los mamuts. Se sabe que los avances en el campo de la genética permitirían hoy revivir a los mamuts a partir del ADN de ejemplares en buen estado de conservación. El debate sobre si hacerlo o no sería ético está servido, teniendo en cuenta que no estaría claro el objetivo, más allá del avance científico.

La evolución de los proboscideos tal como se muestra en la exposición

Por supuesto, la exposición cuenta con diversas actividades complementarias, como aquellas en que los visitantes pueden ponerse en la piel de nuestros antepasados, para intentar imaginar cómo era su vida, qué comían y cómo cazaban, además de resolver dudas sobre las causas de la extinción de los mamuts, o las visitas dinamizadas para convertirse en verdaderos paleontólogos.