El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, y la consejera de Sanidad, Ana Barceló, se han reunido con representantes de la compañía farmacéutica Janssen confirmar que cumplirá con la entrega dos millones de vacunas contra el coronavirus.

La empresa dispondrá esa cuantía, ya comprometida, a la Comunidad Valenciana entre abril y septiembre. Cabe recordar que se trata de una vacuna de una unida aplicación, no se requieren dos dosis.

Al concluir la cita, Puig ha valorado “muy positivamente” el anuncio, puesto que supondrá “un avance sustancial” en la vacunación, ya que se espera poder inmunizar a dos millones de personas y porque esta vacuna facilita la logística pues el desplazamiento requiere menos condicionantes y se puede llegar a “personas con más dificultad”, dado que puede almacenarse en una nevera convencional.

Además de las vacunas, el Gobierno de Puig y Janssen han acordado mantener contacto asiduo para colaboraciones futuras en otros aspectos tales como la salud mental.

Puig ha justificado que "estamos en línea con lo que dice la UE. ¿Cómo vamos a comprar nosotros vacunas?". "Nos interesa una relación cordial, yo no anuncié nada nuevo. Esos dos millones están incluidos en el reparto de las vacunas del Gobierno. Nosotros no estamos negociando nada. Las comunidades autónomas sabemos las vacunas que tendremos", ha aclarado.

Las críticas

Desde el PP y afines se ha censurado que se deslizaran críticas contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por reunirse con representantes de Sputnik V para negociar vacunas y no se haga lo propio con Puig.

Sin embargo, hay una diferencia notable: la vacuna de Janssen sí ha sido aprobada por la Agencia Europea del Medicamento y en consecuencia se puede comercializar y distribuir legalmente, mientras las dosis rusas no.

Actualmente, la Sputnik V se encuentra en estado de revisión, por lo que se espera que pronto la Unión Europea autorice su comercialización.

Llamada así por el primer satélite espacial lanzado por la URSS en 1957, fue desarrollada por el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya. Se registró en Rusia el pasado 11 de agosto, siendo la primera vacuna contra el Covid-19 a nivel mundial. 

Vladimir Putin se apresuró a comunicar sus avances tras trascender los halagüeños datos de Pfizer. La premura y el hecho de que Rusia aprobara su comercialización antes de que se iniciaran los ensayos clínicos de la fase 3 generaron todo tipo de dudas.

La EMA no había participado en ningún momento en el proceso de evaluación y dado que los únicos resultados conocidos eran los publicados en la revista The Lancet con únicamente 31.000 voluntarios de Rusia y Bielorrusia las reticencias eran notables. La comunidad científica miraba con vacilación pese a que el resultado probó una eficacia del 91,6%.

Apenas había datos científicos hasta que, otra vez en The Lancet, se publicaron unos resultados sorprendentes que comenzaron a generar un mayor aura de confianza.