A raíz de los procedimientos judiciales sobre la solicitud de exhumaciones en el Valle de los Caídos de restos cadavéricos de víctimas de la Guerra Civil, la abogacía del Estado, a petición de Patrimonio Nacional, ha informado que los osarios adyacentes a las capillas de la nave central y a las de la nave de crucero de la Basílica deben catalogarse como cementerio público y no de la Iglesia. Lo que lo excluye de ser un lugar sagrado y de la condición de inviolabilidad contenida en los acuerdos entre el Estado Español y la Santa Sede.

Al amparo del auto judicial, Patrimonio Nacional y el Ministerio de la Presidencia fijaron día y hora para la realización de unas medidas preliminares dirigidas, dado el deterioro reinante, a conocer las posibilidades de acceso al lugar y el estado de los osarios y de los restos, con el fin de confirmar si era posible realizar las exhumaciones solicitadas. Actuaciones que, alegando posibles daños a la Basílica, fueron recurridas por la Comunidad Benedictina y paralizadas cautelarmente por el Juzgado.

Recientemente, a instancias del PSOE, se ha acordado en el Senado, por unanimidad de todos los Grupos parlamentarios, dar apoyo a Patrimonio Nacional y al Ministerio de la Presidencia para que realicen todas las actuaciones oportunas para levantar la suspensión y facilitar las exhumaciones en aquel lugar.

Según los informes de la abogacía del Estado, los osarios son un cementerio público, entre otras cosas, por estar ubicados fuera del templo. Por ello, no puede entenderse la obcecación de la Comunidad Benedictina en impedir unas simples medidas preliminares que afectan a unos osarios situados en el exterior del templo, obstaculizando la recuperación de restos que fueron depositados allí sin el consentimiento de sus familiares.

Resulta realmente contradictorio escuchar las prédicas del Papa Francisco y a la vez chocar de bruces contra una Comunidad Benedictina que, juntamente con la derecha, no solo no facilita la resignificación del Valle de los Caídos para que represente a todas las víctimas, y deje de ser un monumento de parte - con tumba incluida del dictador y golpista Francisco Franco - sino que incluso parece que va más allá,  enfrentándose al propio Gobierno Rajoy en cuanto a la posible exhumación de los restos de las víctimas allí depositados.

Ahora el PSOE ha pedido la comparecencia del Abad en la Comisión de Justicia del Senado. Un buen momento para que la Comunidad Benedictina rectifique.  Un primer paso para que, de una vez por todas, el Valle de los Caídos, con arreglo a las recomendaciones de la Comisión de expertos, creada al efecto en tiempos del presidente Zapatero, se conviertaen lugar de recuerdo de todas las víctimas y de reconciliación.