Hubo anuncio, desautorización, reconfirmación y finalmente, justificación. La historia de las medidas “provida” anunciadas por el vicepresidente de la Junta en Castilla y León, Juan García-Gallardo, que supuestamente entran en vigor este lunes, ha sido, una vez más, un caos de contradeclaraciones desde la coalición PP-Vox, de modo que nadie sabe, a ciencia cierta, qué es lo que se pretende poner en marcha mañana, si es que algo se pone en marcha.

Momento 1

Recapitulemos: el quilombo comenzó cuando Gallardo, que reconoce no saber mucho de embarazos, compareció ante la prensa el jueves para anunciar que la Junta de Castilla y León había aprobado cuatro medidas “provida”, asegurando que, “si son útiles para que solo un niño que iba a ser abortado pueda nacer, todas las consecuencias negativas de participar en un gobierno, merecerán la pena”.

Las cuatro medidas se resumían en lo siguiente: poner en marcha el “protocolo de latido fetal y registro cardíaco”, es decir, una cuarta ecografía, entre las semanas 6 y 9, para “escuchar el latido del bebé que está dentro de su madre”, dijo Gallardo, antes de tomar cualquier decisión sobre el desarrollo del embarazo.

Además, se iba a ofrecer ecografías 4D a las embarazadas, -algo a lo que los médicos estarían obligados-, para que los padres puedan ver “todas las partes del cuerpo del niño que está siendo gestado, para que puedan tomar una decisión mucho más consciente sobre el embarazo y tengan una conciencia mayor, con una mejor visualización del feto”.

Además, se les iba a dar atención psicosocial preferente, y, por último, se iba a velar por que se respete el derecho a la objeción de conciencia, para que no circulen “listas negras” de médicos que se niegan a practicar abortos.

Momento 2

Al día siguiente, viernes, la Consejería de Sanidad, que había enviado el día anterior una nota de prensa que reproducía lo dicho por Gallardo, reconoce a ElPlural.com, así como a otros muchos medios de comunicación, que no habrá ecografías 4D para todas las mujeres embarazadas y menos aún durante el periodo inicial de gestación, antes de las 12 semanas, puesto que, de hacerse, y siempre bajo criterio médico, esas ecografías se hacen en el último trimestre de embarazo, es decir, fuera del periodo legal para interrumpirlo.

Tampoco se ofrecerán ni harán sistemáticamente ecografías de latido fetal, que, en todo caso, también se realizan, como pronto, en esa decimosegunda semana de embarazo, justo al término del plazo legal para abortar, y “no por capricho”, especifican, “sino bajo criterios médicos y científicos”.

De hecho, la Consejería afirma que no habrá cambios en el protocolo, que seguirá siendo el mismo y se garantizará su cumplimiento.

Momento 3

Ante la publicación por parte de los medios de comunicación de Castilla y León del claro desmentido por parte de la Consejería de Sanidad, en manos del Partido Popular, Gallardo se revuelve, y el mismo viernes por la tarde asegura en el texto de una declaración por escrito a los periodistas remitida a través de su departamento de comunicación que “las medidas provida anunciadas en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno fueron previamente consensuadas con el consejero de Sanidad y se aplicarán con carácter inmediato, tal y como figura en la nota de prensa difundida ayer por la Consejería de Sanidad”.

Momento 4

El sábado, el presidente Alfonso Fernández Mañueco, tras dos días de silencio, como ocurre habitualmente, y también preguntado por los periodistas en Zaragoza, vuelve a intentar el equilibrio en la cuerda floja, asegurando que las medidas entrarán en vigor, pero que no tienen nada que ver con el derecho al aborto, sino que son medidas “de fomento a la natalidad”.

Entre dos aguas, como de costumbre, Mañueco da en parte la razón a su consejero, afirmando que las medidas deben solicitarlas las mujeres, así como su “respeto absoluto” a sus derechos, y los de los profesionales sanitarios, y reitera, ante todo el “criterio médico”, y específicamente, lo circunscribe al asunto de la oferta de ecografías 4D y la escucha del latido fetal, que no se ofrecerán por sistema, como dijo Gallardo, sino cuando los profesionales sanitarios así lo consideren.

De hecho, reconoce en sus declaraciones que la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia no recomienda este procedimiento, el del latido fetal, por debajo de las 12 semanas de gestación.

Sin embargo, aprovecha para rechazar “lecciones de la izquierda” sobre los derechos de las mujeres, y confirma que las medidas se pondrán en marcha, si bien, dicho lo dicho, no aclara cuáles ni en qué momentos, ni para qué gestantes, ni en qué circunstancias se encontrarán los médicos a partir de mañana, obligados o no obligados, ante la confusión provocada por las declaraciones de unos y otros.

Momento 5

Ante tamaño barullo, también el sábado, el secretario general del PSOE, Luis Tudanca, califica el asunto de “esperpento, declaraciones cruzadas e intentos de rectificación”, y considera que Mañueco, pillado en un fuego cruzado, no ha hecho sino “intentar salir del embrollo”, porque “tiene pavor a la reacción de las mujeres de este país en defensa de sus derechos”.

Tudanca interpreta que las confusas declaraciones de Mañueco confirman que, efectivamente, se va a modificar el protocolo, algo que negaba la Consejería de Sanidad el viernes, y que, efectivamente, “se va a presionar a las mujeres que libremente quieren ejercer su derecho de interrumpir voluntariamente su embarazo”.

El líder de los socialistas añade que, a la vista de lo anunciado, también se pone presión sobre los profesionales. “Basta ya”, concluyó, pidiendo que “este Gobierno deje de estar en manos de la extrema derecha”.

Momento 6

La traca final ha llegado este domingo. Tres días después de su estelar comparecencia tras la celebración del Consejo de Gobierno, durante la que estuvo acompañado por un portavoz de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo, sumido en el mutismo, el propio Gallardo vuelve a la carga asegurando: “Seguimos adelante, sin dar un paso atrás”.

El mandatario ultraderechista se considera víctima de “ataques, difamaciones y zancadillas”.

En su cuenta de Twitter, Juan García-Gallardo escribe: “Todos los ataques, todas las difamaciones, todas las zancadillas… TODO habrá merecido la pena si conseguimos salvar UNA ÚNICA VIDA”.

Mañana, nadie sabe aún qué les ofrecerán los facultativos a las mujeres embarazadas que acudan a consulta. Es probable que ellos tampoco lo sepan.