El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha admitido que mintió tras su polémica comida en un restaurante de Santander, en el pasado mes de mayo, en la que fue grabado e increpado por varios hosteleros que le reprochaban que disfrutara del interior del restaurante cuando su Gobierno regional lo había prohibido.

Revilla ha dado un paso atrás y ha reconocido que había mentido: "He mentido porque me sometieron a una presión en un momento determinado que ya no sabía ni lo que decía; no por mí, por los que me acompañaban, porque el bochorno fue terrible".

El secretario general del Partido Regionalista de Cantabria (PRC) ha respondido durante la sesión plenaria que se celebró este lunes a las preguntas del grupo mixto cántabro, Vox y Ciudadanos, y ha revelado que el puro era suyo.

"El puro era mío, pero el puro yo lo llevaba encendido por la calle, como lo dejo aquí a veces", ha razonado el líder cántabro en el Parlamento regional. Aunque también ha querido dejar claro que en la comida le acompañaron varios empresarios para abordar inversiones y proyectos previstos en la región.

Revilla también ha justificado que no era la primera vez que comía en este restaurante, "era la tercera vez", y ha expuesto que se sentó en una parte del establecimiento en la que se ha "sentado media Cantabria".

El líder regional ha defendido que él cuando acude a un bar o restaurante no debe cerciorarse de que ese local tenga una licencia y ha asegurado que debe ser el propio establecimiento el que se preocupe de ello, por lo que el "problema" no sería suyo.