El próximo 4 de mayo, Ángel Gabilondo (PSOE), Mónica García (Más Madrid) y Pablo Iglesias (Unidas Podemos) tendrán muy difícil superar a Isabel Díaz Ayuso en las urnas. PP, Vox y Ciudadanos parten con ventaja en una comunidad autónoma en la que la derecha ha ganado en prácticamente todas las elecciones de las últimas dos décadas.

Resumimos en seis claves por qué la izquierda suele perder en Madrid y le será tan difícil cambiar una más que asentada tendencia de voto en una de las regiones más conservadoras de España.

Una clase de ganchillo en el colegio Juan Pablo II

1. La escuela concertada y privada, un valor seguro para la derecha

Según datos oficiales de la Comunidad de Madrid, en el curso 2019-2020 el 29,9% de los alumnos se matricularon en colegios concertados y el 15,9% en centros privados. Es una de las cifras más altas de toda España. De hecho, el Ministerio de Educación solo sitúa a País Vasco y Navarra por delante de la región presidida por Isabel Díaz Ayuso en relación al porcentaje de alumnos en enseñanza concertada. El 69% de la oferta de centros concertados de la Comunidad de Madrid forma parte de Escuelas Católicas, la red que agrupa a los centros de la Iglesia. De este modo, la escuela funciona en Madrid como correa de transmisión de valores conservadores. Los datos no dejan lugar a dudas: apostar por la educación concertada y privada es un valor seguro para la derecha. Y es que el PP de Madrid arrasa en las urnas en aquellos distritos y municipios donde la escuela pública es minoritaria.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en el Hospital Isabel Zendal. EP

2. Donde más seguros privados hay, menos importa la sanidad pública

En 2019, 10,5 millones de españoles tenían un seguro privado, según datos del informe de la Fundación IDIS Sanidad privada, aportando valor 2020. Con un 38%, Madrid es la comunidad autónoma con una mayor penetración del seguro privado en el conjunto del Estado. Es decir, Madrid es la región donde un mayor número de ciudadanos cuentan con seguros privados y por tanto, donde un mayor número de ciudadanos no hacen ningún uso -o mucho menos frecuente-, del Sistema Nacional de Salud.

Conocedor de este fenómeno, el Gobierno del Partido Popular ha convertido Madrid en el territorio de España que menos invierte en sanidad pública en relación al porcentaje sobre el Producto Interior Bruto (3,7% frente al 5,6% de media del conjunto del país -datos oficiales del Ministerio de Sanidad en 2019-).

Según la Encuesta de Calidad de Vida y Satisfacción con los Servicios Públicos de la Ciudad de Madrid 2019, -una suerte de CIS de la capital-, solo el 2,9% de los madrileños señalaron la calidad de la sanidad pública, la falta de servicios médicos o las listas de espera como uno de los principales servicios que afectan a la ciudadanía.

Imagen del Barrio de Salamanca.

3. A mayor renta, más derecha: la comunidad con más ricos

El Instituto Nacional de Estadística (INE) lo deja claro: Madrid es la autonomía que mayor riqueza crea en España. En 1980, el 14,8% de todo lo que producía España (PIB) se generaba en Madrid. Hoy es el 19,3%. En PIB per cápita, Madrid también mantiene el liderazgo: la comunidad cuenta con un PIB por habitante de 35.913 euros en 2019. En cuanto a la renta disponible de los hogares, Madrid (21.030 euros) solo es superada por el País Vasco (22.480 euros).

Estos datos son muy significativos. Y es que en consonancia con lo que ocurre en el conjunto de España, la derecha obtiene más respaldo electoral allá donde más ricos hay.

En Madrid, PP y Vox arrasan entre las franjas con mayor renta. Los populares logran un 46% de los votos en los barrios más acomodados; la ultraderecha, un 23,4%. Las rentas más altas dan en total un 70% de los votos al PP y a Vox. En el caso del PSOE, en esas franjas de renta el porcentaje de voto cae al 12%. Un ejemplo: en 2019, en La Moraleja, el barrio más adinerado de España, el 93,1% del electorado votó a PP, Ciudadanos y Vox.

Un hombre sale del metro de Puente de Vallecas, en Madrid. Eduardo Parra / EP.

4. Los pobres y la abstención

Los ricos tienen más claro quién les defiende en las urnas, pero los pobres no tanto. La socióloga, politóloga y profesora en el Instituto de Estudios Políticos de París, Nonna Mayer, lo explica con meridiana claridad: “Cuando uno no ha cursado demasiados estudios, tiene un trabajo repetitivo, temporal y mal pagado, las posibilidades de no votar son mucho más elevadas”.

El resumen es claro: en Madrid hay más ricos en el conjunto de España, y como en el conjunto del país, la derecha se moviliza más que la izquierda.

Tal y como expuso recientemente ElPlural.com, atendiendo a los datos de participación por distritos de las tres últimas elecciones a la Asamblea celebradas -2019, 2015 y 2011-, en las zonas con mayor nivel socioeconómico de Madrid la participación fue hasta un 20% mayor que en las más humildes. O dicho de otro modo: en Retiro o Chamartín se vota hasta un 20% más que en Usera o Vallecas.

A este respecto, conviene resaltar que las próximas elecciones autónomas tendrán lugar el martes 4 de mayo, un día laborable. Este hecho podría perjudicar aún más el voto del electorado más humilde.

Imagen de la Puerta del Sol (Madrid). Europa Press

5. ‘Dumping fiscal’ y epicentro administrativo del Estado: más votantes para la derecha

En Madrid, la reducción generalizada de tributos es uno de los principales banderines de enganche de la derecha en las urnas. Todo ello gracias a que, tal y como ocurre con las rentas más altas, gran parte de la clase media tampoco hace uso de los servicios públicos gratuitos del Estado del Bienestar (recordemos el alto porcentaje de seguros privados y matriculaciones en colegios concertados y privados).

Si no utilizan los servicios públicos, la ciudadanía tiende a abandonar postulados de izquierdas y mayoritariamente se inclina por pagar menos impuestos. Todo ello en una región que además es epicentro político y administrativo del Estado, con lo que ello conlleva en base a las conservadoras confluencias sociológicas de los funcionarios.

Entre las comunidades del régimen tributario común, Madrid es la única que tiene un tipo efectivo nulo del impuesto de patrimonio, bonifica más que ninguna otra región el de sucesiones (99%) y cobra un menor porcentaje en transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados (6% y 0,75%, respectivamente).

Esto que otras comunidades autónomas califican de "dumping fiscal injusto" atrae a la región a rentas altas de otras partes de España, que deciden empadronarse y establecer su domicilio fiscal en la capital. Y por supuesto, estas rentas altas empadronadas por el bajo pago de impuestos, suponen más votos para la derecha.

En octubre de 2020, la Agència Tributària Valenciana (ATV) investigó por fraude 60 cambios de domicilio fiscal a Madrid de grandes patrimonios de la Comunitat para evitar el pago de los impuestos de patrimonio y sucesiones y donaciones. Además, la Generalitat inició hasta 22 procedimientos de cambio de domicilio fiscal ficticio a la capital con el objetivo que ricos valencianos dejasen de mudarse a Madrid para eludir impuestos.

Durante el año 2019, la población creció en 14 CCAA. Los mayores incrementos en términos relativos se dieron en Illes Balears (1,90%) y Comunidad de Madrid (1,59%).

Debido al aumento de la población, la Asamblea de Madrid alcanzará a partir del próximo 4 de mayo los 132 escaños, ya que el último censo poblacional del INE cifra en 6.578.079 los habitantes de la Comunidad, cuyo Estatuto de Autonomía establece que aumenta un diputado por cada 50.000 habitantes o fracción superior a 25.000.

Eduardo García Serrano enfrentado con Isabel Díaz Ayuso en 'El Gato al Agua'. Intereconomía

6. Más ‘TDT party’ y menos asociacionismo

Todos los elementos anteriormente expuestos contribuyen a formar una especie de microclima electoral en Madrid beneficioso para las formaciones políticas conservadoras, que a su vez ven reforzados sus postulados en el entramado mediático afín a la derecha, mucho mayor en la región que en otras comunidades de España.

La denominada ‘TDT party’ o ‘Televisión De Tertulias’ de derecha o extrema derecha reina en Madrid, en gran parte gracias a las 30 frecuencias de televisión que Esperanza Aguirre adjudicó en 2005 a la Iglesia y a grupos afines al PP, y que el Gobierno de Mariano Rajoy apuntaló desde el Gobierno de España en 2015 con otras seis adjudicaciones.

En Madrid ‘hacer zapping’ equivale a ir esquivando programas de debates de Intereconomía, Libertad Digital, Distrito TV… que transmiten un claro mensaje ideológico con un bajo coste de producción.

Un desequilibrio que la izquierda no consigue compensar mediante el asociacionismo, muy menguado tras tantos años de hegemonía política de la derecha. Las asociaciones vecinales siguen en el punto de mira de PP y Vox, mediante la eliminación de subvenciones y de espacios concedidos.