La campaña electoral para las elecciones del próximo 4 de mayo en la Comunidad de Madrid ha reventado este viernes después de la actitud que ha mostrado la extrema derecha, ya no solo en el debate celebrado en la Cadena Ser, sino también posteriormente, remarcando sus dudas sobre las amenazas de muerte que han recibido Iglesias, Marlaska y Gámez y anunciando que las denunciarán personándose como acusación popular.

El odio que desprenden desde las filas de Vox ha provocado la cancelación de los debates electorales que estaban previstos para la próxima semana, la última de campaña para estas elecciones que se celebrarán en un martes laborable. Primero ha sido laSexta en anunciar que se cancela su debate del día 26 de abril ante la negativa de las fuerzas de la izquierda a debatir en presencia de la candidata de la ultraderecha; más tarde lo ha hecho RTVE, para su acto del día 29, alegando que “ante la ausencia de varios candidatos y para no perjudicar la obligada proporcionalidad y neutralidad” de la cadena, deciden cancelarlo.

Los motivos de la izquierda para no sentarse con Vox son de peso, porque desde la formación verde han alentado a los bulos, un claro ejemplo es la información que han difundido sobre el coste que supone al Estado los menores extranjeros no acompañados, pero lo más grave, si cabe, es la no condena a este acto terrorista que no se debe consentir ni normalizar.

Monasterio ya se presentó en el primer debate de la campaña, celebrado en Telemadrid, con una actitud desatada e, incluso, chulesca. Interrumpió, faltó al respeto, mintió… En este segundo ha continuado con estas formas. “Usted, quítese esa cara de amargada, porque está amargada”, espetó a Mónica García, a quién continuó constantemente cortando; interrumpió a Ángel Gabilondo, que terminó pronunciando que le gusta “decir las frases enteras”; defendió que Abascal cerró los “chiringuitos”, aunque, claro, sin mencionar que su líder cobraba 83.000 euros por el que le montó Aguirre.

Su carácter chulesco y prepotente no faltó ni en la despedida. “Hasta luego, eh. No os pongáis así, ya veis la dictadura”, le dijo a Gabilondo y Bal mientras conversaban. Los ataques tampoco fueron solo hacia sus contrincantes en las urnas, porque la moderadora del debate, Ángels Barceló, también llevó de las suyas: “¿Es una moderadora o una activista? Cogiendo de la manita aquí la activista política”.

Aunque, como viene siendo habitual, el victimismo y las excusas han vuelto a brotar de las bocas de la extrema derecha. “La dictadura ha sido que no me habéis dejado cerrar el debate, qué triste”, ha recriminado a Barceló antes de irse del plató.