Las salidas de tono, exabruptos y descalificaciones son habituales en las Cortes de Castilla y León desde que Vox aterrizó en la Cámara autonómica. Juan García-Gallardo, vicepresidente de la Junta, es un abonado a arrastrar el debate político por el fango. En su última intervención describió al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como ”líder de una banda criminal”. En paralelo, el consejero de Empleo, Mariano Veganzones sugirió que en la región no “faltan trabajadores, sino ganas de trabajar”. Sobre estas soflamas se le ha preguntado al presidente autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, quien ha evitado entrar en el cuerpo a cuerpo con su número dos, pero sí ha reprendido al titular de Empleo, aunque en un tono suave.

“Mi forma de hacer política se basa en los argumentos, en las razones, en la discrepancia y en el respeto al discrepante. No me gustan las descalificaciones, los exabruptos o cualquier tipo de consideración, venga de donde venga”. Con estos términos ha despachado Mañueco la enésima polémica parlamentaria en las Cortes de Castilla y León.

El presidente de la Junta ha sugerido que cuenta con la “suficiente autoridad moral” como para reclamar a todos los parlamentarios que “bajen el tono” y hagan examen de conciencia. Mañueco no se refiere expresamente a su consejero, aunque su respuesta se enmarca en una pregunta después de que este deslizara que los castellanos y leoneses son poco más que vagos.

El barón popular, que ha evitado durante estos seis primeros meses de legislatura el enfrentamiento abierto con Vox, ha reprochado de manera genérica la salida de tono de Veganzones. De hecho, ha reclamado que no se “frivolice” con el paro, al tiempo que prometía “trabajo” para convertir a la región una “tierra de oportunidades”. “Mientras haya un solo parado vamos a dar la batalla”, ha precisado el líder del Ejecutivo regional.

Cese de Gallardo

Sin embargo, la crítica, por sucinta que fuera, se ha desvanecido al aparecer el nombre de su vicepresidente, el ultraderechista Juan García-Gallardo. El dirigente de Vox, autor de una resaltable avalancha de improperios e insultos tanto en sede parlamentaria como fuera de ella, deslizó que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es el cabecilla de una “banda criminal”.

En los pasillos del Parlamento, Mañueco ha evitado el cuerpo a cuerpo con su vicepresidente, remitiéndose a la retirada de su exceso verbal del diario de sesiones. “El presidente de la Cámara zanjó el debate y retiró las palabras”, ha resuelto el jefe del Ejecutivo regional.

Pese a enterrar la polémica con la retirada del exabrupto, el presidente de las Cortes, Carlos Pollán (Vox), denegó la petición de los socialistas para que Gallardo se retractara y, a la postre, se disculpara. El portavoz del PSOE en la Cámara, Luis Tudanca, exigió inmediatamente el cese “fulminante” de su vicepresidente para “no ser cómplice” de sus “barbaridades”.

El dirigente socialista lanzó el guante a Mañueco, pero éste no lo ha recogido y ha evitado la confrontación directa con su número dos. Mientras los populares dan por zanjado el asunto con la retirada de las descalificaciones, los socialistas insisten en reclamar la cabeza de Gallardo. “No se puede gobernar a cualquier precio”, resolvió Tudanca.