Jesús Santos Gimeno (1981) no ha estado siempre en política, pero le sobra conciencia de clase. La que le dio principalmente Esmasa; la empresa municipal de recogida de residuos de Alcorcón en la que hizo carrera.

Consciente de que la lucha en la calle es imprescindible, sabe que las decisiones se toman desde los parlamentos.Por ello decidió dar el salto al Ayuntamiento del municipio, lugar en el que volverá a estar a pesar del huracán Ayuso y después de un recuento electoral de infarto debido a que el candidato de la oposición, Antonio García Terol, impugnó mil votos nulos que dejaron a la derecha a 42 de la alcaldía. “Hasta el último minuto”, deslizaba el domingo del 28M previa decisión del PP, haciendo alusión al lema del equipo de fútbol de la ciudad, que ahora pelea por subir a Segunda División.

Raro es quien no le conoce en la localidad alfarera al considerarlo vecino de toda la vida. Una vez en el cargo de teniente alcalde ha ayudado a que Alcorcón se reconociera por la limpieza de sus calles -pasando de los montones de basura en las mismas a un superávit de 2,7 millones de euros- o gracias a un acuerdo con una filial de Repsol para que invierta 8,5 millones en una planta de reciclaje textil.

La presente legislatura no estará en la Asamblea, donde era diputado, ya que Podemos no ha logrado representación, pero en estos días juega otro partido clave, ya que puede hacer las veces de llave para aglutinar a la izquierda a la izquierda del PSOE de cara a las generales. Sumar y los morados negocian a contrarreloj, peleando contra las diferencias que pueda haber, acusaciones de vetos y mucho hermetismo. Santos pide "paciencia" a la ciudadanía y confía en que el acuerdo llegará. Una cosa tiene clara: el próximo 23J "nos jugamos una década", la mejor fórmula para no retroceder en derechos, asegura, es la siguiente: "Tenemos que estar todas las personas que queremos que nuestro país avance: hablando de política de la buena, la que le importa a la gente".

PREGUNTA (P): La Junta Electoral ha ratificado el resultado en Alcorcón. ¿Qué te pareció la decisión del PP de impugnar los mil votos nulos del municipio?

RESPUESTA (R): Estaba en su derecho, pero como se ha visto con poco fundamento. Nosotros estábamos tranquilos, sabíamos que tenía muy pocas opciones de salir, como así ha sido. Finalmente, el voto nulo ha aumentado la diferencia a favor de la mayoría progresista y municipalista, así que contentos de que por fin se haya terminado y lo que toca ahora es negociar para que haya un gobierno que trabaje por el futuro de Alcorcón.

P: ¿Cómo vivisteis esas horas agónicas?

R: Por lo general estábamos tranquilos. Creo sinceramente que estos 4 años hemos hecho un buen trabajo al frente del Gobierno municipal, por ejemplo, cogiendo una ciudad enterrada en basura y convirtiéndola en la Capital del Reciclaje. Teníamos confianza en que este trabajo decantaría la balanza a nuestro favor.

Quiero recordar que estas elecciones se han resuelto con un 16% de votos para Ganar Alcorcón, un resultado que es referente para nuestro espacio político tanto en la Comunidad de Madrid como en el resto del país. Esto se ha conseguido con muchísimo trabajo todos los días y con la confianza en que hacer buena política, política concreta y centrada en las soluciones, da resultados.

Sin embargo, como es normal, siempre te acompaña la incertidumbre hasta que termina el recuento. Las noticias que iban llegando de los representantes que teníamos en la junta eran positivos, nos decían que la distancia nos era cada vez más favorable. Cuando llegó la noticia fue confirmar algo que ya sabías que iba a pasar, pero no sabías cuándo se haría definitivo. Fue como ganar dos veces.

P: La decisión del PP fue legítima, desde luego, pero no sé si te parece que fue un poco en la línea que Ayuso marcó durante la campaña con el tema del voto por correo y demás.

R: Era legítimo pedir el recuento pero también era preocupante la presión mediática y política que se ejerció esos días. Creo que al Partido Popular habría que recordarle que el sistema electoral es un patrimonio de todo el país y que ponerlo en cuestión por un posible beneficio a corto plazo puede hacer muchísimo daño a la democracia.

Yo llevo años insistiendo en la misma idea: necesitamos que la oposición conservadora sea responsable. Ustedes ya conocen su postura en otras instituciones del país, pero en Alcorcón han llegado al punto de no nombrar miembros para el Consejo de Administración de la empresa pública porque no reconocían mi presidencia ni a nuestro Gobierno.

Creo que la incertidumbre y la desconfianza en las instituciones que promueven este tipo de comportamientos son malos para el país y también malos para Alcorcón. La política debe conciliar los legítimos intereses partidistas con los intereses generales de toda la comunidad a la que se representa. Porque antes que a nuestros partidos, nos debemos al pueblo. Es él quien nos elige con su voto. Nunca deberíamos olvidarnos de este principio.

P: Respecto a la anterior pregunta, de cara a generales el discurso ha cambiado totalmente y están legitimando -como debe ser, por otro lado- el voto por correo.

R: Claro… Porque cuando ellos ganan todo está bien, pero cuando no utilizan cualquier posibilidad para deslegitimar al contrario. El problema de esto es el daño que haces por el camino… ¿y todo lo que destruyen, quién lo repara?

P: Te tengo que preguntar por Sumar. Como coordinador autonómico de Podemos pides discreción y has emplazado a que la unión es el camino. Además, Yolanda Díaz apoyó a Ganar en la campaña municipal.

R: Quise expresar una posición política y creo que fui claro. Nos jugamos una década y, como he podido vivir en mi experiencia reciente en Alcorcón, cada voto puede decantar la balanza.

Hay que sacar el mejor resultado posible y hay que hacerlo por el país. No olvidemos que los próximos 4 años pueden ser los de la transformación industrial de España para crear empleos estables, los de la respuesta al problema de la vivienda para bajar los precios, los de la soberanía energética basada en renovables para bajar la factura de la luz o los de la ampliación de nuevos derechos sociales para vivir con más libertad, igualdad y dignidad.

Ese debería ser el debate que deberíamos estar teniendo hoy: hacia dónde queremos que vaya el país.

Es ahí donde podemos conectar, ilusionar y activar las esperanzas de cientos de miles de españolas y españoles que han perdido la confianza en la política y están deseando que alguien dé respuestas reales y concretas a sus problemas del día a día.

P: ¿Qué te ha parecido que Más País o Compromís hayan intentado vetar a Podemos? ¿Lo comprendes después de los resultados del 28M?

R: No tengo noticias de eso. Creo que el centro del debate hoy debería ser otro: cómo armamos la mejor fórmula para que el impulso de lo logrado estos años se transforme en un proyecto de década para nuestro país.

Ahí tenemos que estar todas las personas que queremos que nuestro país avance: hablando de política de la buena, la que le importa a la gente.

P: Hablando de nombres, y siguiendo con la tesis de Alberto Garzón, ¿crees que hay nombres que deberían dar un paso al lado?

R: No entro a valorar los nombres. Lo importante es que alcancemos el mejor acuerdo posible para que nuestro país avance.

P: El tiempo apremia. Estamos a tres días y parece que el acuerdo se dilata, ¿cuál está siendo el problema?

R: Seamos pacientes, seguro que se conseguirá.

P: Sí que hay precedentes, por ejemplo, en Rivas, donde la estructura municipal y autonómica estaban a favor de la unidad, pero desde la dirección nacional no tanto. ¿Cómo sentaron aquellas diferencias? ¿Temes que pueda suceder finalmente algo parecido con Sumar a pesar de tu confianza y el trabajo para que haya unión?

R: Creo que eso ya pasó, que esas fueron las elecciones del 28 de mayo y los resultados han sido los que han sido; y ahora nos toca mirar al futuro, a las elecciones generales.