Las urgencias extrahospitalarias de la Comunidad de Madrid abrían sus puertas nuevamente -aunque con la nomenclatura de Puntos de Atención Continuada (PAC)- este fin de semana y, como cabía esperar y venían advirtiendo los sanitarios, el caos fue absoluto: centros obligados a cerrar, falta de material indispensable y hasta agresiones. A esto es a lo que tuvieron que enfrentarse durante los dos días los médicos, enfermeras y demás personal especializado en el ámbito de la Salud que inauguró el nuevo plan de la región.

El sindicato Amyts ha lamentado lo insostenible de una situación que ya parecía evidente durante las primeras horas del nuevo sistema y que se traduce, además de lo apuntado hasta ahora, en que 21 médicos SAR ya han renunciado a su puesto. Las otras circunstancias han provocado agresiones o intento de éstas, como relata Ángela Hernández, secretaria general de la asociación: “Tenemos conocimiento de una agresión en un centro y de otro que estaba siendo solo atendido por celadores en el que la población ha forzado las puertas para comprobar que no había médicos dentro”.

Uno de estos hechos ocurrió en el Punto de Atención Continuada (PAC) de Guadarrama. “Que sepáis que esto es lo que se nos viene encima”, relataba una trabajadora mientras mostraba imágenes de cómo había quedado el centro en un vídeo que se ha vuelto viral en las últimas horas y al que ha reaccionado, entre otros, el diputado de Más Madrid y también médico, Javier Padilla.

 

Relación directa con las palabras del PP

Los sanitarios piensan que lo acontecido guarda relación directa con la “nefasta estrategia de comunicación” de Enrique Ruiz Escudero “y algunos representantes parlamentarios” después de que el consejero acusara a los especialista de boicotear la primera noche de las urgencias y apuntase también a los sindicatos, en concreto a Amyts por “cambiar después de haber firmado la desconvocatoria de la huelga”.

“Eso es inadmisible, no se puede culpar a los profesionales que van a estar dando la atención. Aquí hay unos responsables muy claros, una consejería que ha hecho las cosas de forma precipitada, de espalda a los profesionales y por motivaciones políticas y electoralistas”, lamenta Hernández.

Las polémicas declaraciones se produjeron el mismo viernes, pero la presidenta de la Comunidad de Madrid llevaba días echando gasolina al fuego, asumiendo que los sanitarios no tenían motivo para la movilización que el fin de semana anterior recorrió las calles del centro madrileño ni para convocar la huelga. “Se producirá cuando se abrirán los SUAPs. Parece que no quieren”, señalaba, obviando las condiciones que denunciaba la Sanidad.

Condiciones pésimas

Con todo, lo que hace tan solo unos meses habría sido una de las mejores noticias- ya que los expertos de la Salud llevan persiguiendo la reapertura de las urgencias desde finales de pandemia- se convirtió poco menos que en una esoecie de Halloween sanitario. La idea de la Comunidad de Madrid era que los 80 centros de la región funcionaran con el personal de 40: “Esto provoca que centros de urgencias rurales como los SAR y urbanos como los SUAPs se queden con la mitad de los médicos y dando pie a situaciones peligrosas para el paciente y para los profesionales”.

Los sindicatos habían puesto ya el acento en la presumible ampliación de la jornada laboral sin la retribución correspondiente a la que se verían expuestos los profesionales -que pasarían de hacer 1.536 horas anuales a 1642,5- y añaden ahora nuevamente que durante estos días la región “no ha dudado en desplazar a profesionales de la Unidad de Asistencia Domiciliaria (UAD), e incluso de la UVI para mantener el espejismo de centros abiertos”.

Para más inri, algunos de ellos fueron contactados de madrugada y a veces se veían obligados a desplazarse a más de una hora de su localidad. El modo de intentar atraer profesionales fue a través de un “bombardeo” de mensajes de texto, algunos de ellos recibidos de noche, en busca de voluntarios,