El distrito madrileño de Chamberí es una de las zonas más lujosas de la capital española, albergando algunos de los pisos más caros y siendo también el hogar de algunas de las figuras cuyos nombres más resuenen en el panorama político español. Este distrito en el corazón de Madrid es el hogar de la presidenta autonómica, Isabel Díaz Ayuso, o el reciente implicado en la trama Koldo y exsecretario de Organización del PSOE Santos Cerdán.

Algo que resulta muy llamativo es que dos personalidades en nada parecidas residan en un mismo barrio de Madrid bajo, siempre presuntamente, la misma premisa: la utilización de dinero sucio para el pago de sus pisos de lujo. En el caso de la lideresa madrileña, la renta que su novio, Alberto González Amador, paga estando implicado en una investigación por presuntos delitos fiscales. Por otro lado, el exsecretario socialista, las presuntas mordidas que se repartía con el exministro de Transportes José Luis Ábalos en contratos de obra pública ilegales.

El ático de Ayuso en Chamberí: lujo y polémica

Según los datos registrales, Ayuso y su pareja, el empresario Alberto González Amador, habitan dos inmuebles contiguos en Chamberí cuyo valor conjunto supera los 1,8 millones de euros. Amador compró en julio de 2022 el piso de abajo por 850.000 €, aportando de entrada 350.000 € −justo la misma cuantía que había defraudado a Hacienda en los años previos. Casi un año después, la sociedad Babia Capital −vinculada al asesor fiscal Javier Gómez Fidalgo− adquirió el ático superior por 950.000 €, vivienda de 150 m² con terraza en la planta inmediata superior. Ayuso disfruta de ese ático gracias a un contrato de alquiler de 5.000 € mensuales con opción de compra, según declaró Amador ante la jueza del caso.

La existencia de este “ático de lujo” desató duras críticas políticas y mediáticas. En la Asamblea de Madrid, la oposición socialista censuró que la presidenta se haya trasladado de un modesto piso en Malasaña a un “aticazo” en Chamberí con dinero público. La portavoz del PSOE, Mar Espinar, reprochó que “el único ascensor social que le importa es el que le ha llevado… a su aticazo en Chamberí”. Su compañera de Más Madrid, Manuela Bergerot, insinuó posibles irregularidades económicas: “huele mal… todo apunta a que [Ayuso] está haciendo lo que ya hicieron Ignacio González y Ana Millán con los suyos”. Ayuso, por su parte, minimizó el asunto y acusó a la izquierda de “machismo” por centrarse en su vida privada.

En cuanto al origen de los fondos, distintas investigaciones han puesto el foco en la figura del fiscalista Javier Gómez Fidalgo, administrador de Babia Capital. Según reveló EL PAÍS, una fuente cercana a Fidalgo afirma que los 950.000 € del ático salieron de un “club de inversión” formado por él, su esposa, otros familiares y un amigo, y niega que se trate de un favor personal. En abril de 2024, Amador declaró que Fidalgo había hecho “el favor” de comprar el ático para luego alquilárselo. Todos estos detalles están bajo investigación judicial: Fidalgo está imputado por presunta cooperación en la declaración de Amador ante Hacienda, y la Audiencia Nacional examina ahora la operación inmobiliaria sin que hasta la fecha se haya emitido una resolución firme.

Santos Cerdán y su investigación en Chamberí

Santos Cerdán, dirigente socialista y exsecretario de Organización del PSOE, también vive en Chamberí, y su caso ha trascendido en el marco de la investigación judicial conocida como trama Koldo. Según señala Onda Cero, Cerdán se trasladó en 2018 a un ático de lujo de 150 m2 en la calle Hilarión Eslava (Chamberí), con una amplia terraza, cuyo alquiler corría a cargo de la constructora navarra Servinabar 2000.

La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha documentado indicios de que Cerdán era administrador del 45% de Servinabar 2000, empresa beneficiaria de presuntos contratos amañados en Navarra. En concreto, en 2016 Cerdán recibió 1.350 de las 3.000 participaciones de la compañía, con lo que llegó a poseer casi la mitad de la misma. Al mismo tiempo, ese grupo empresarial asumía los gastos del lujoso piso donde residía. En suma, según la UCO el exdirigente del PSOE “habría tenido pleno conocimiento de los pagos efectuados” en la trama y “habría actuado como mediador de los mismos”, lo que ha llevado al juez del Tribunal Supremo a considerarle investigado por presunto cohecho y pertenencia a organización criminal. Se le ha ofrecido declarar voluntariamente ante el Supremo. En ningún caso hay sentencia firme; por ahora son sospechas y diligencias en curso.

Es decir, tanto en la finca de la Comunidad de Madrid como en la de Ferraz hay políticos bajo la lupa judicial que, además, comparten distrito. Mientras Ayuso defiende que el ático es un piso corriente −ella misma lo calificó irónicamente de “ático de lujo”−, Cerdán se enfrenta a las dudas sobre quién sufragaba su costoso alquiler. En ambos casos, los datos contrastados de propiedad −inscritos en registro o enumerados en informes− coinciden en una misma zona de Chamberí.

La exclusividad inmobiliaria de Chamberí

Chamberí es tradicionalmente un área de clase media-alta con historia de vecindad castiza, pero en las últimas décadas se ha transformado en un hervidero de lujo. Es el segundo distrito más caro de la capital (tras Salamanca), con un precio medio de vivienda que a finales de 2022 rondaba los 5.887 €/m2. Los barrios más selectos, como Almagro, superan los 6.900 €/m2, mientras los más asequibles del distrito (Gaztambide o Arapiles) rondan los 5.000 €/m2. Según datos municipales, la renta media anual por hogar en Chamberí era de 51.644 €, muy por encima de la media madrileña (unos 40.200 €). Además, la oferta de obra nueva de alta gama está en auge: una consultora inmobiliaria destaca que hay unas cien promociones de lujo, con precios medios que superan los 10.870 €/m2 y pisos de tres dormitorios por unos 1,78 millones de euros.

Este boom de altos precios ha provocado lo que varios estudios llaman “súper-gentrificación”. Equipos de análisis inmobiliario señalan que Chamberí concentra la demanda de inversores y millonarios extranjeros que consideran a Madrid una plaza segura. Los habitantes “de toda la vida” de estratos medios o populares han ido siendo desplazados a la periferia. Según un informe reciente de la inmobiliaria Barnes, el distrito padece tal carestía que “lo que se podría comprar con un millón de euros en Madrid es un bonito piso de 100 metros en Chamberí”. A modo de ejemplo, calcularon que un inmueble de 90 m2 a precio medio actual superaría los 600.000 € en distritos como Chamartín o Justicia, lo cual es “inaccesible” para la mayoría de las familias pagando con hipoteca. En cada venta ocurre además que cerca de la mitad se hace “a tocateja”, es decir, en efectivo y por compradores muy solventes, lo que refuerza la concentración de propiedad en pocos bolsillos.

En este contexto, Chamberí ha dejado de ser un barrio cotidiano para las clases medias-trabajadoras. Su densidad poblacional es muy alta y no admite nuevas promociones sostenibles para el ciudadano corriente. Las investigaciones en curso –y el propio debate político– evidencian que hoy la vivienda en Chamberí es un bien de lujo al alcance sobre todo de los que detentan poder económico o político. Que en sus calles convivan Ayuso y Cerdán, no deja de ser un reflejo de esa realidad: en un barrio reservado para la élite, la división partidista se desvanece ante la certeza de que muy pocos madrileños normales podrían aspirar a vivir allí.

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