La pareja de Ayuso defraudó 350.951 euros a Hacienda con una trama de facturas falsas y empresas pantalla. Con este titular amanecía elDiario.es el 12 de marzo de 2024, terminado así con el anonimato del que hasta entonces sí era un “ciudadano particular”, como más tarde lo pasaría a definir con asiduidad la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para tratar de atribuir la gestión fraudulenta de su novio a una maniobra de la Moncloa.

Alberto González Amador ha ocupado espacio en la prensa en buena parte de los últimos 365 días. Y lo ha hecho desde distintos puntos de vista y acompañado por otros nombres, como Miguel Ángel Rodríguez o Ángel Hurtado. Distintas patas de un mismo mobiliario que el protagonista de estas líneas ha levantado a través de empresas pantalla y a base de mentiras.

Desde que estalló su fraude a Hacienda entre 2020 y 2021 valiéndose de facturas falsas y distintas compañías, hasta su reciente visita a los juzgados de Plaza Castilla, esta vez para declarar por fin -aunque se acogiese a su derecho a no hacerlo- después de cuatro intentos fallidos, ha pasado absolutamente de todo.

La trama, más allá de sus empresas

El detonante de las acusaciones hacia el empresario fue la denuncia que la Fiscalía presentó en el juzgado después de recibir un informe de la Agencia Tributaria con las conclusiones de una investigación y que se basaba en las declaraciones presentadas entre 2021 y 2022, donde Hacienda había detectado movimientos sospechosos de las sociedades de la pareja sentimental de la presidenta durante del Covid.

El asunto, que en seguida recordó a otros que conciernen al entorno de Ayuso de enriquecimiento ilícito o, cuanto menos, nada éticos en el transcurrir de la pandemia, alcanzó cualquier nivel imaginable. De esta manera, el trabajo de los medios de comunicación -entre ellos ElPlural.com- puso sobre la mesa un entramado que, lejos de quedarse en Madrid, llegaba a León e incluso Panamá, donde operaba una de las firmas protagonistas.

De aquellos barros, dos coches de lujo, un ático de un millón de euros en Chamberí que comparte con la presidenta, una defensa de la que ahora piden su imputación u otras personas, presuntamente implicadas, en Sevilla.

El caso ha salpicado también al Ayuntamiento de Madrid, acusado por la oposición de mostrarse José Luis Martínez-Almeida permisible con las obras del inmueble del centro madrileño y de mentir sobre este motivo. En concreto, Cibeles emitió dos órdenes de cese inmediato, pero las actuaciones logísticas se llevaron igualmente a cabo en el marco de un expediente que nunca han mostrado completo

Miguel Ángel Rodríguez y el ‘otro caso’

Pero si hay una persona que ha sido clave en este año ha sido Miguel Ángel Rodríguez. El jefe de prensa de Ayuso fue presuntamente el promotor de una estrategia de distracción la primera vez que el compañero sentimental de la administración de Sol acudió a los juzgados, con una peluca.

Pero lo anecdótico dejó de serlo tanto cuando MAR empezó a acusar de manera falsa a periodistas de acosar a la presidenta y los vecinos de la zona y mintió sobre la presunta filtración de los correos -mail que él mismo sesgó y envió a medios afines con una intención clara de retorcer el relato- que la defensa de González Amador había intercambiado con la Fiscalía.

La intención del jefe de gabinete de Ayuso pasaba por intentar convencer a la opinión pública de que había sido el órgano jurídico el que había tratado de alcanzar un acuerdo con el cliente y no viceversa, para evitar este segundo la pena de prisión.

Entretanto, cabe recordar que Rodríguez trató incluso de amedrantar a los medios de comunicación que estaban informando sobre el caso del novio de Ayuso. "Os vamos a triturar. Vais a tener que cerrar", trasladó a elDiario.es

Situación actual

En la actualidad, y con varias piezas encima de la mesa -la de los dos presuntos delitos fiscales y el tercero de falsedad documental- la Audiencia de Madrid daba luz verde hace cosa de una semana a la investigación del empresario por dos nuevos delitos: administración desleal y corrupción en los negocios.

Asimismo, la Fiscalía ha pedido en las últimas horas la imputación del economista que presentó en 2020 y 2021 el impuesto de sociedades de las compañías de González Amador, Javier Gómez Fidalgo, cooperador necesario que podría haber participado en la falsificación por la que el novio de Ayuso defraudó 350.000 euros a la Agencia Tributaria en los ejercicios señalados.

Los negocios detrás de esta persona los destapó en buena medida ElPlural.com, siendo este economista el enclave que une a la pareja de la presidenta con León y bajo cuya inmobiliaria está inscrito el ático de 176 metros cuadrados de Chamberí.

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