Los políticos y los micrófonos abiertos. Dos conceptos que no casan muy bien. El presidente del Consell de Mallorca, el popular, Llorenç Galmés (Partido Popular) ha sido una de las últimas víctimas. Durante el debate de una moción sobre la política turística, una consellera socialista intervenía en el pleno en la institución insular y lanzó un suspiro durante su alocución. Un momento en el que el conservador corta todo el discurso por culpa del micrófono: “¿Qué ha sido eso? ¿Un orgasmo silencioso?”.

La política balear se ve nuevamente salpicada por un episodio de machismo institucional, esta vez protagonizado por el presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés (PP), durante una sesión plenaria centrada en la política turística de la isla. La polémica se ha desatado a raíz de un comentario captado por el micrófono mientras intervenía la consellera socialista Joana Maria Adrover, quien defendía una moción crítica con el decreto del alquiler turístico aprobado por el Govern balear con el respaldo de Vox.

La consellera del PSIB-PSOE advertía de las consecuencias de este nuevo marco normativo, alertando de que podría suponer la creación de hasta 145.000 nuevas plazas de alquiler turístico, algo que calificó de alarmante en plena emergencia habitacional. Durante su intervención, y tras un suspiro, los micrófonos del pleno captaron unas palabras de Galmés que fueron rápidamente interpretadas por los partidos de la oposición como machistas y ofensivas.

Comportamiento machista

La reacción no se hizo esperar. Catalina Cladera, portavoz del PSIB-PSOE en el Consell, exigió de inmediato la retirada de las palabras del presidente, al considerar que el comentario había sido “totalmente desafortunado y machista”. Desde las redes sociales, el grupo socialista también denunció públicamente el incidente y reclamó una disculpa institucional. Cladera solicitó que se detuviera la sesión para que Galmés rectificase y asumiera responsabilidades por sus palabras. La propia Adrover, visiblemente molesta, también reclamó una rectificación “inmediata” desde la tribuna.

En vez de comportarse como el presidente que se espera en esta Cámara, ha actuado como si estuviera en la barra de un bar, con risas y comentarios machistas sobre mi intervención”, denunció Adrover ante el resto de consellers. Calificó su actitud de “intolerable” y pidió medidas ejemplares. Sin embargo, en ese momento presidía la sesión la vicepresidenta insular, Antònia Roca (Vox), quien se negó a suspender el pleno y ordenó continuar con el orden del día, desatando aún más tensión en la sala.

El grupo de Més per Mallorca mostró su respaldo a Adrover, sumándose a la exigencia de una pausa para abordar lo sucedido. Su portavoz, Jaume Alzamora, fue tajante más adelante: “La actitud del presidente es completamente intolerable e indigna del cargo que ocupa. No se puede permitir este tipo de comportamientos”.

Desde Vox, por su parte, se desmarcaron de la polémica con un tono ambiguo. Su conseller expresó que “no sabían de qué se hablaba” y rehusaron sumarse a la petición de disculpas, incluso después de que Adrover les explicara el contexto y el contenido del comentario de Galmés.

Cuando el presidente regresó a la sesión, pidió disculpas públicamente antes de reanudar los trabajos del pleno. “Si he hecho un comentario desafortunado, retiro mis palabras y pido perdón a la señora Adrover. No tengo problema en hacerlo, no se me caen los anillos”, declaró Galmés, intentando calmar el revuelo. Sin embargo, el daño ya estaba hecho y la controversia continúa generando críticas por la falta de sensibilidad institucional en un espacio que debería representar la pluralidad y el respeto.

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