Las puertas de la fachada principal de la Catedral de Burgos, monumento declarado Patrimonio de la Humanidad en 1984, van a ser reemplazadas por tres nuevos portones de bronce con rostros de Dios, la virgen María y Jesucristo, tal como se ha propuesto. Un proyecto millonario que ha causado indignación entre los burgaleses y las diferentes personalidades culturales.

Esta renovación se trata de un plan con un presupuesto valorado en 1,2 millones de euros, y busca incorporar estas puertas contemporáneas en julio de 2021, haciéndolas combinar con las fachadas góticas del templo. Todavía no está aprobado, ya que tiene que pasar por la Comisión regional de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, pero ya son muchas las voces que se han levantado en contra.

Un escrito encabezado por el pintor burgalés Juan Vallejo, firmado por más de 30.000 personas desde la plataforma Change.org, critica las proporciones de las caras forjadas en las puertas. “Esta transgresión no es nada coherente tampoco con la inmensa carga gótica y renacentista de la catedral”, añade. Su indignación ha llegado a tal punto que califican la iniciativa como un “atropello” para el gótico, el renacimiento y el neoclásico. “Son un esperpento, lo mires por donde lo mires”, resume Vallejo en el escrito.

Aunque hay otros sectores que se muestran a favor del plan. El Cabildo Metropolitano de Burgos cree que estos cambios servirán para “embellecer la fachada principal de la Catedral” y sustituir las puertas deterioradas que no tienen “ningún valor artístico”, mientras que el Arzobispado se muestra “convencido” de lo positivo del plan.