El Gobierno de la Comunidad de Madrid y Glovo llegaron a un acuerdo el pasado 17 de marzo con la firma de un convenio para distribuir comida entre la población más vulnerable de la región y que incluye diferentes cláusulas para evitar que ese servicio gratuito interrumpa la marcha diaria del negocio que acumula multas por valor de varios cientos de millones de euros por vulnerar los derechos de los trabajadores.

El escrito establece que los desayunos y cenas deben ser solicitados en “horarios valle (mañanas hasta las 12 y primeras horas de la tarde de 16 a 19 horas)" y en las diferentes "zonas habilitadas por Glovo en su aplicación”. Sin embargo, los almuerzos no se mandan entre semana dejando sin reparto de comida a la población vulnerable de lunes a viernes. Así lo recoge el texto del acuerdo, que ha sido publicado en plena Semana Santa en el boletín regional pasando desapercibido entre los días festivos. De esta forma, Glovo ofrecerá 80 servicios diarios y 29.000 anuales a usuarios de los cuatro comedores sociales públicos de la región pese a haber sido sancionada con más de 205 millones de euros por vulnerar los derechos laborales de sus repartidores.

El convenio establece 80 repartos diarios, que pueden incluir varios desayunos, comidas o cenas para una sola persona o para varias, siempre con el límite establecido de ocho kilos por envío, pudiéndose entregar varios días de comidas de una sola vez porque los platos correspondientes a los desayunos y cenas de toda la semana, y a los almuerzos del fin de semana, se envían ya cocinados y envasados y listos para el consumo. “Las comidas de lunes a viernes, en cambio, se preparan y sirven en las instalaciones”, explican a El País desde la Comunidad justificando que el almuerzo de lunes a viernes no sea parte del acuerdo con Glovo. Sin embargo, si se justifica una enfermedad temporal o problemas que impidan totalmente su desplazamiento al comedor por un tiempo, Glovo mandará a casa la comida.

La polémica estalló hace casi dos meses cuando el director general de Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid, Ignacio Ayres, explicaba que sería la propia Comunidad la que iba a elegir quién se iba a beneficiar de este reparto. Incluso defendía a la compañía como si de uno de sus portavoces de la empresa privada se tratara citando un artículo periodístico que recoge que dos sentencias dan la razón a Glovo en su pugna con el Ministerio de Trabajo. Sin embargo, Glovo ha sido sancionada por actuar de forma improcedente con más de 37.340 falsos autónomos y trabajadores extranjeros sin permiso de trabajo. Por ello, han recibido sanciones por 205,3 millones de euros, 125,3 millones en multas y 80 millones en actas de liquidación de cotizaciones.

No ha sido motivo para impedir que la Comunidad de Madrid presidida por Isabel Díaz Ayuso firme el convenio con la empresa de reparto de comida. Tampoco es la primera vez que el Gobierno de Ayuso tiene gestos a Glovo. En 2021 la presidenta regional acudió en persona hasta su sede centrar para hacer una visita oficial a sus instalaciones. Incluso, durante lo peor de la pandemia, Ayuso recurrió a diferentes marcas de comida rápida para alcanzar acuerdos con ellas para que repartieran comida en nombre de la Administración madrileña. Por ejemplo, Telepizza, Rodilla y Viena Capellanes fueron las beneficiarias de un contrato para suministrar la comida a los hijos de las familias con derecho a beca de comedor por ser perceptoras de la Renta Mínima de Inserción (RMI).

Ayuso, ajena a todo, sigue con su campaña

Tras haber hecho oficial el acuerdo aprovechando la poca atención que existe en Semana Santa con la publicación en el BOCM, Ayuso sigue con su campaña. De hecho, este miércoles ha pedido a los madrileños una participación similar al 71,74% del 4 de mayo de 2021 defendiendo que "no vale ganar por la mínima o heredar las cosas, hay que ganarlas".

Por ello, ha apelado a Vox a la unidad en la región y le ha afeado los "impedimentos" que le ha puesto últimamente a su proyecto con el rechazo del partido liderado por Rocío Monasterio a propuestas como el incentivo fiscal para atraer inversión extranjera que tumbó en el último pleno de la Asamblea de Madrid. "Creo que lo que estamos haciendo no puede tener tantos impedimentos y tantas dificultades como últimamente a mi se me está poniendo desde este partido. Apelo a unirnos en Madrid. Luego ya a partir de ahí su deriva a mi... Ya no la puedo ni defender ni la comprendo", ha expuesto la mandataria madrileña.

Para Ayuso, una de las tareas es analizar por qué en algunas ocasiones votantes del PP dieron un paso hacia otro partido. Ve "probable" que esta fuga fuera porque "no vale con una buena gestión, sino con una defensa de unos valores y una forma de ver la vida". Entiende que su proyecto va en esa línea, "mostrar el mejor PP", y ha sacado pecho de que en su caso ella "acierta", porque si no se consigue en algunas ocasiones "aunque se tenga razón" se le está dando "a los enemigos de España y al sanchismo". Considera que los 'populares' de Madrid encabezados por ella "acierta y sabe cómo dato las batallas" y defender los valores en torno a la "España con ganas que es Madrid".