Este martes por la tarde el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, escenificó el malestar de su Gobierno al veto a la pesca de fondo en cerca de un centenar de áreas de aguas comunitarias. Lo hizo tras el encuentro celebrado con representantes del sector pesquero, con quienes acordaron, tal y como respaldaron también BNG y PSdeG, pedir el Ejecutivo central que recurra la nueva normativa que ha sido publicada ya por parte de la Unión Europea.

Valentín González Formoso, secretario general de los socialistas gallegos, ya consideró la semana pasada "un ataque a la pesca de Galicia" la medida de Bruselas y apeló al PP recordando que la Comisión Europea tiene "mayoría conservadora", por lo que instó a los 'populares' a "hacer su trabajo". En la misma línea, auque en otros términos, se mostró la máxima responsable del Bloque Nacionalista Galego Ana Pontón.  

A tenor de la reunión de ayer, Rueda parece haber hecho su "trabajo". Tras la misma, el presidente autonómico aseguró que el reglamento comunitario afectaría “por ejemplo, a un 60% de la merluza en Galicia” o a la mitad de la captura de esta especie en el conjunto del Estado.

Del mismo modo, además de anunciar la elevación de la solicitud al Gobierno que preside Pedro Sánchez, no dudó a la hora de afirmar que la Xunta será "coadyuvante" y “se pone al lado” del Ejecutivo.

Cabe recordar, como señalaron en el encuentro, que el Ministerio ya se opuso con su voto a este veto, una posición que, según todos los indicios, es la misma que seguirían Irlanda y Francia. En este sentido, la conselleira de Mar, Rosa Quintana, agradeció al ministro de Pesca, Agricultura y Alimentación, Luis Planas, que haya pedido “incluir este asunto” en la reunión de titulares del ramo a nivel europeo.

Tal y como se desprendió de los datos facilitados por el sector, de seguir adelante la medida de la UE se verían afectados alrededor de medio millar de barcos solo en Galicia, que se verían obligados a desplazarse a otros caladeros.

Para Alfonso Rueda el veto “supone un golpe mortal para la flota gallega y para muchos otros que se van a ver indirectamente afectados".

Sin embargo, este posicionamiento choca con el que plantean organizaciones ecologistas como la Fundación Franz Weber que, a través de su delegación en Galicia, insistió hoy en su apoyo a las restricciones que plantean desde Bruselas para este tipo de extracción.

En concreto, a través de un comunicado, esta entidad advierte de que el mantenimiento de la pesca de arrastre como tal “perjudicará al planeta en su conjunto, al liberar millones de toneladas de CO2 de los lechos marinos”.

Critican los naturalistas el papel de las administraciones con medidas como “la bonificación del combustible”. “Sin estas rebajas fiscales el sector difícilmente sería rentable”, indican desde la Fundación Franz Weber, cuyos representantes indican que este hecho evidencia la necesidad urgente de “transformar” el sector con “criterios de transición proteica”.

Este colectivo, además, denunció días atrás lo que calificó como “tácticas de lobby que algunas administraciones están realizando de forma opaca”.

La transición proteica que propone la entidad ecologista se refiere a “un profundo cambio empresarial, alimentario y humano para evitar que la crisis climática se lleve por delante todo lo conocido”.

Por tal motivo, considera que la alimentación basada en proteína animal “es un error difícilmente asumible”.