A pesar de que el inicio de temporada del jugador del Real Club Celta de Vigo, Santi Mina, no fue tal y como él deseaba desde el punto de vista deportivo, a medida que pasaban los meses, con cambio de entrenador incluido, el futbolista vigués fue mostrando su mejor versión. Este es el segundo año desde su regreso del cual salió siendo casi un juvenil hacia tierras valencianas por falta de oportunidades.

De su etapa levantina, además de alguna buena temporada, se trajo un asunto que colea desde 2017, cuando él tenía 21 años. Ahora está a punto de rebasar su última y más decisiva etapa. Se trata de la apertura de la vista oral que contra él se llevará a cabo en la Audiencia Provincial de Almería por ser autor de un presunto delito de agresión sexual. Se enfrenta a ocho años de cárcel, según la petición del fiscal.

En aquel año, una vez acababa la temporada en el Valencia C.F., se fue a Mojácar donde, según la acusación, se produjeron los hechos que ahora empezarán a juzgarse.

Hoy se ha sabido que el procedimiento, del que se encargará la Sección Tercera, está a la espera de que se dicte auto de apertura de juicio oral ya que la defensa aún no ha presentado sus conclusiones provisionales, según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

La que sí se ha pronunciado en el asunto es la Fiscalía. En su escrito de acusación solicita para Santi Mina la citada pena de prisión, así como que se le imponga medida de libertad vigilada durante de diez años. Del mismo modo, también pide que se prohíba al futbolista aproximarse a menos de 500 metros a la víctima o comunicarse con ella por el mismo periodo de tiempo.

Los hechos que están pendientes de juicio se refieren, tal y como describe el escrito de calificación provisional del fiscal, a que el ahora jugador del Celta de Vigo accedió durante la madrugada del 16 de junio de 2017 a una caravana estacionada en las proximidades de una conocida discoteca de Mojácar. En el interior del vehículo se encontraban “su amigo”, el también futbolista de la localidad pontevedresa de Portas, David Goldar, y la mujer que es la que ha denunciado los hechos.

Según los datos facilitados, la Fiscalía sostiene que Mina entró "completamente desnudo" y que, "con ánimo libidinoso para satisfacer su apetito sexual y a pesar de la manifiesta voluntad contraria de la víctima", se habría dirigido a ella diciéndole "mira, chica, tú me gustas mucho y creo que deberíamos hacer algo".

Cuando la mujer le contestó que se había ido a la caravana "con David", el escrito recoge que el procesado habría salido "un minuto" para volver a entrar y, tras decirle que "le había gustado mucho", presuntamente perpetró la agresión sexual.

La petición del Ministerio Público se basa tanto en las lesiones físicas "a consecuencia" del ataque como en lo que ha derivado del mismo. Se refiere a que la víctima sufre sintomatología ansiosa "grave" relacionada con los hechos, por solicita que se le indemnice con 50.000 euros, según han precisado las mismas fuentes.

En este sentido llama la atención acerca de que esas secuelas son crónicas en la víctima que ve "muy afectada su vida cotidiana".

Hay que señalar que, si bien en un primer momento el Juzgado de Primera Instancia que conoció inicialmente el asunto también propuso procedimiento penal contra David Goldar, finalmente el fiscal no ha formulado acusación contra él y propone que declare como testigo en la vista oral.

En la ciudad olívica la noticia ha caído como un jarro de agua fría. Santi Mina, por ser jugador de la cantera céltica es muy apreciado entre los aficionados, de ahí que en un primer momento hubiera cierto optimismo, posiblemente apoyado en el paso del tiempo.

El que no se ha pronunciado todavía es el propio Real Club Celta; tampoco su presidente, Carlos Mouriño, quien sin embargo sí lo hizo en 2019 afirmando que hay “tenemos que dar la presunción de inocencia”, al tiempo que se mostró tajante al señalar que su club defiende “la tolerancia cero”.