El acto de clausura del hospital de Ifema en Madrid este sábado se ha convertido en el centro de todas las miradas, tras convertirse en un evento multitudinario en el que ha sido imposible guardar la distancia de seguridad. 

La oposición ha sido muy crítica en relación a este asunto.  El portavoz del PSOE en la Asamblea regional, Ángel Gabilondo, ha enjuiciado "el sentido que ha tenido que haya sido tan multitudinario" y ha afirmado que no se ha invitado a todos los que colaboraron en ponerlo en marcha, en referencia a la ausencia de representaste del Gobierno central en el evento, ya que fue la Unidad Militar de Emergencias la que ayudó sobremanera en montar y poner en marcha el hospital. Fuentes de la Delegación del Gobierno han indicado que no recibieron la invitación del Ejecutivo autonómico a esta cita.

Gabilondo ha subrayado, no obstante, que la razón de ser del homenaje son los enfermos, los sanitarios y los otros profesionales que han pasado por estas instalaciones durante las últimas semanas y que luego están las diferencias de opinión. 

En este sentido ha señalado que ha estado hablando con médicos de Atención Primaria que han hecho "un gran esfuerzo y una labor extraordinaria", pero ha apuntado que "sigue sin ver con claridad que se haya desarticulado la Atención Primaria para otras cosas". "Ha sido gran esfuerzo organizativo, de estructura y personal. Vaya por ellos, por los enfermos, por los muertos y por los que han trabajado por ellos. Muchísimas gracias", ha finalizado.

Más crítico aún se ha mostrado el portavoz de Más Madrid en la Asamblea. Pablo Perpinyà ha tachado el acto de "espectáculo absolutamente bochornoso", y ha lamentado que la presidenta de la Comunidad de Madrid, que ha justificado la masiva afluencia de público diciendo que había sido algo espontáneo, se haya llegado incluso a subir a un Food Truck a repartir bocadillos.  

"Veníamos por compromiso y con las ganas de dar un aplauso a los sanitarios y agradecerles el esfuerzo. Y nos hemos encontrado en un acto de propaganda electoral de la peor calaña, a la altura de Donald Trump. Me ha sorprendido mucho la bajeza moral, ver a Ayuso repartir bocadillos, a mil personas sin guardar la distancias de seguridad. Todo lo que han dicho los gobernantes por televisión. Aquí han estado a favor del márketing político y se lo han saltado a la toreara. Esto es una falta de respeto inmensa para los madrileños confinados en casa, para los sanitarios y los enfermos que sufren sus propias carnes los estragos del virus", ha subrayado.