El Govern de Cataluña ha anunciado la propuesta para ampliar y modernizar el aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat con una inversión de 3.200 millones de euros que lo convierta en un gran hub con conexiones intercontinentales. El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha presentado este martes 10 de junio el proyecto que ha cerrado con el Ministerio de Transportes y Aena, que aumentará en 500 metros la pista más cercana al mar, remodelará las terminales 1 y 2 y construirá una nueva terminal satélite, cumpliendo “con el máximo rigor las medidas y las compensaciones medioambientales”.

Al añadirle medio kilómetro a la pista más cercana al mar, pasando de los 2.660 metros de carrera de despegue a los 3.160, ésta alcanzará la longitud mínima necesaria para garantizar vuelos intercontinentales con aviones de fuselaje amplio. Asimismo, este alargamiento permitirá seguir operando con pistas segregadas y que todos los despegues se realicen por esta pista, alejando el ruido y las molestias de las poblaciones vecinas.

La idea es llegar a las 90 operaciones por hora y a los más de 70 millones de pasajeros anuales

Uno de los principales objetivos de esta remodelación es que el aeropuerto recupere las 90 operaciones por hora que tiene autorizadas, debido a que las prestaciones actuales solo permiten un máximo de 80. De esta forma se podrían alcanzar los más de 70 millones de pasajeros anuales frente a los 55 millones que hubo en 2024. “Si queremos una Cataluña conectada, próspera, cosmopolita, equitativa, competitiva y sostenible, necesitamos un aeropuerto que lo haga posible”, ha defendido Illa.

Entre las actuaciones del aeropuerto también destacan 75 hectáreas de e-commerce (compra y venta por internet), 58 hectáreas de parque logístico y 49 hectáreas de ciudad aeroportuaria que incluirán hoteles, oficinas, comercios y restaurantes. “Ha llegado el momento de que la Cataluña líder del siglo 21, tenga un aeropuerto líder del siglo 21”, ha declarado el presidente catalán.

Illa ha calificado este plan como “una de las decisiones más importantes para la competitividad de Cataluña en las próximas décadas” y “un proyecto en la vanguardia técnica y ambiental”, formando parte de la estrategia para que Cataluña recupere el liderazgo económico en España y Europa. Además, ha asegurado que es una muestra de que es compatible mejorar el aeropuerto manteniendo las máximas exigencias medioambientales posibles.

La nueva propuesta reduce la afectación en 87 metros hacia la Ricarda y en 60 metros hacia el Remolar

En cuanto a las medidas para reducir el impacto medioambiental de la ampliación, el acuerdo reduce en 87 metros la afectación hacia la Ricarda respecto a la alternativa inicial, quedándose en 540 metros de obra. En el caso del Remolar, esta propuesta reduce la afectación a 60 metros, la mitad de los 120 que pedía Aena. Para hacer posible la reducción de las obras se utilizará la parte pavimentada de la RESA, el área de seguridad de los extremos de la pista.

El proyecto también tiene previsto reducir las emisiones de CO2 alineándose con los objetivos del Pacto Verde Europeo y el plan de acción climática Net Zero de Aena. Asimismo, el Govern afirma que la ampliación se llevará a cabo preservando los hábitats y ganará más de 250 hectáreas de espacios renaturalizados en el Delta del Llobregat.

La ampliación incluye veinte nuevos destinos directos

La mejora del aeropuerto también establecerá nuevas rutas intercontinentales, veinte en concreto. Para Asia se añadirán seis destinos directos como Tokio o Delhi, para América del Norte nueve como Houston o Guadalajara y para América del Sur cinco como Lima o Río de Janeiro. De la misma manera, se reforzará la capacidad para vuelos a ciudades como Shanghái, Los Ángeles o Buenos Aires.

Pero el aeropuerto de El Prat no será el único que se potenciará, puesto que tanto el aeropuerto de Girona como el de Reus se conectarán ferroviariamente con Barcelona para mejorar todo el sistema aeroportuario catalán. Además, se aumentará el número de pasajeros anuales de ambos aeropuertos para llegar a los más de 10 y 2,6 millones, respectivamente.

Illa prevé que el plan se apruebe en 2028 y finalice en 2033

Ahora que se ha presentado el acuerdo tras validarse el mismo martes en una reunión de la comisión técnica, queda la redacción técnica, arquitectónica y de ingeniería del proyecto y la declaración de impacto ambiental de las diferentes partes implicadas. El proyecto necesitará también el visto bueno de Bruselas.

Según Illa, se prevé que la propuesta se apruebe en 2028 para empezar la ejecución en 2030 y finalizarla en 2033.

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