El último barómetro del CEO (Centre d’Estudis de la Generalitat) ha reforzado la singularidad del PSC como partido plural y complejo que se perfila como ganador de las próximas elecciones autonómicas y cuyos simpatizantes son los únicos que se muestran prácticamente divididos en su apoyo a la amnistía: 49% por el “sí” y 41% por el “no”. El sondeo vaticina el retroceso de los partidos independentistas que perderían la opción de sumar la mayoría en el Parlament, certifica el retroceso del apoyo popular a la independencia, avala la amnistía (60% a favor) y apunta una victoria del “no” en Cataluña de repetirse ahora el referéndum de la Constitución.

En el referéndum constitucional de 1978, los catalanes acudieron a las urnas algo por encima de la media de España (8 décimas más) y el 90.05% votó a favor de la Constitución. En la vigilia del cierre del pacto de investidura de Pedro Sánchez entre PSOE y Junts (fecha del barómetro del CEO) el apoyo a la constitución vigente ha sufrido un vuelco total: el 42,1% votaría en contra y el 21% mantendría el “sí”. Ni siquiera los simpatizantes del PSC mantendrían aquel apoyo mayoritario, limitando su voto favorable a en un 37%. El desgaste de la Constitución no es el único que percibe el sondeo de la Generalitat.

El primer desgaste serio es el de los partidos independentistas y el de la propia independencia. De celebrarse elecciones autonómicas estos días, el PSC podría alcanzar los 45 diputados desde los 33 que tiene ahora. En cambio, ERC tendría grandes dificultades para mantener los 33 actuales con muchas probabilidades de retroceder a los 29. Junts perdería como mínimo 8 de los 32 que tiene y la CUP bajaría uno como poco. El PP sumaría al menos 9 a los 3 escaños actuales. El resultado es que los grupos independentistas no sumarían mayoría y que la suma PSC-Comunes (que subirían entre 2-6 diputados) tampoco llegaría a la mayoría sin el concurso de algún partido independentista o del PP, hipótesis atrevidas a estas alturas.

La proyección del voto en un eventual referéndum de independencia confirma la tendencia a la victoria del “no”, inaugurada en 2019. La diferencia actual está en 11 puntos 52% contra 41%, mientras que el apoyo más o menos convencido al ejercicio del derecho a decidir (una fórmula en desuso en la terminología independentista en beneficio de la autodeterminación) se mantiene por encima del 70%, algo por debajo de lo que el gobierno catalán viene diciendo desde hace años.  En este punto, la complejidad del PSC se muestra abiertamente. El 61% de los simpatizantes del PSC están a favor del ejercicio del derecho a decidir, derecho al que el partido renunció tras apoyarlo tímidamente en un principio.

Así, el universo socialista catalán está mayoritariamente a favor de una consulta fundamentada en el derecho a decidir, está muy encima del porcentaje medio de los catalanes que votarían “no” a la independencia; y, como ha quedado anunciado, darían un apoyo muy discreto a la actual Constitución y defienden y niegan la amnistía en porcentajes muy ajustados, mientras en los partidos independentistas el 94% están a favor de la ley del olvido. Esta pluralidad del PSC suele ser subrayada por sus dirigentes como la expresión más genuina de Cataluña, que siendo como es, hoy por hoy, un país dividido en dos grandes bloques, les situaría en la mejor posición para fomentar la concordia.

El PSC avanzaría en las elecciones autonómicas, pero retrocedería en unas elecciones al Congreso de los Diputados. Los socialistas perderían entre 1 y 4 diputados, en la línea atribuida por el CIS al PSOE en general. El PP se situaría en segunda posición, ganando de 1 a 3 diputados. A diferencia del vaticinio autonómico, ERC y Junts podrían incluso aumentar sus diputados en las elecciones españolas, actuando sus votantes, según el barómetro de la Generalitat, en sentido contrario a la tendencia general de las últimas décadas, en las que el PSC solía mejorar en las Generales y los independentistas o nacionalistas obtenían mejores resultados en las catalanas.

La gran novedad del barómetro es que por primera vez en muchos años los partidarios de que Cataluña sea una comunidad autónoma empatan, 31%, con quienes quieren que sea un estado independiente. Lo defensores de que Cataluña sea un estado de la España federal están en el 24%, un porcentaje muy estable desde hace décadas. La única gran unanimidad que ha podido identificar el barómetro del CEO en Cataluña es que un 97% de los catalanes responden afirmativamente a la pregunta de si saben que son los castellers.