Por favor, no enfadarse antes de tiempo: es que lo que hemos vivido esta mañana en el Parlament sólo se puede entender con una política de matices que sólo lo saben hacer los sicilianos.

De verdad: habéis visto decir esta mañana una cosa y la contraria y otra diferente por la tarde. ¿No os parece impresionante?

Yo admiro esa capacidad de matices y de posturas distintas que tienen ciertos líderes catalanes. Impresionante para un castellano o un aragonés (por ejemplo): ellos no saben hacerlo.

¿Y de quién aprendieron los catalanes esta capacidad de matizar todo?: de los napolitanos y los sicilianos.

El Reino de Aragón tuvo un papel decisivo en el desarrollo del Reino de Nápoles. Conviene no olvidarlo. Reyes argoneses (catalanes) de allí reinaron en toda España en algún momento. Pero esta relación entre Aragón (Cataluña) y Nápoles (Sicilia) lo tenemos otra vez ante nosotros estos días.

El president Puigdemont es un siciliano de libro. ¿Ha decidido la independencia? Pues no está claro. ¿Quiere romper España? Pues ya veremos. ¿Habrá elecciones? Pues depende.

Repito: Puigdemont es un siciliano de libro.

Alguien me dirá: falta la mafia. ¡Uf! buen amigo ¿quieres que te cuente lo que ahora no cuenta nadie sobre los dineros empresariales y los políticos?

De verdad, Cataluña (gracias a muchos) se parece a su viejo territorio siciliano. No lo olvidéis cuando no entendáis algunas cosas de lo que pasa. De lo que nos pasa.