El presidente de la Generalitat ha reflexionado unos cuantos días sobre las propuestas presentadas por los asesores académicos que él eligió y se ha quedado con su idea previa: un referéndum de independencia con pregunta binaria al estilo escocés. Los expertos le sugirieron cinco variantes de consulta y Pere Aragonés se ha inclinado por una fórmula que no consta en su literalidad. La sorpresa hubiera sido que hubiese hecho otra cosa. Fuera del referéndum no hay relato independentista sostenible en tiempos de alta competencia entre ERC y Junts para ver quien consigue más de Pedro Sánchez y quien renuncia a menos. El movimiento táctico es para diferenciarse de Puigdemont, porque, en realidad, Aragonés opta para tirar la pelota para adelante y seguir jugando el partido inacabable. Ofrece tiempo a Pedro Sánchez, al dejar para después de la negociación de la investidura el tema, sin dar ningún paso atrás.

Pere Aragonés está seguro de que un referéndum sobre el sí o el no a la independencia es “viable y legal”, no obstante, sólo supone que “puede ser una solución compartida” con el resto de los protagonistas. En su plan ideal, después del referéndum, de ganar el sí, la independencia de Cataluña “debería implementarse” mediante la intervención de los gobiernos y las cámaras parlamentarias”. Al ser una comparecencia solemne no ha entrado en el detalle de qué debería hacerse en caso de no acceder los otros gobiernos y las otras cámaras a implementar la secesión de Cataluña. Y a pesar de su seguridad sobre la legalidad de la consulta, pedirá al Institut d’Estudis de l’Autogovern que perfile la fórmula jurídicamente. 

En su discurso introdujo la convocatoria, para más adelante, de una mesa de partidos catalanes para debatir su propuesta. La mesa es una petición del PSC, aunque los socialistas ya han advertido muchas veces (la última, a los minutos de escuchar a Aragonés) que su apuesta de mesa de diálogo en Cataluña no es para tratar sobre referéndums de independencia, si no para debatir las posiciones del gobierno catalán en la mesa de negociación con el gobierno central. La negativa de Salvador Illa hace prever un recorrido corto a la gran idea política de Aragonés para este mandado. Una idea que nació con una denominación de reminiscencias québécois (acuerdo de claridad) y se ha transformado en una fórmula a la escocesa.

La posición práctica de ERC, referéndum al margen, es en realidad un balón de oxígeno para Pedro Sánchez. Situando el momento de hablar de su propuesta para después de la eventual investidura, Aragonés le evita al candidato del PSOE tener que pronunciarse una vez más sobre su negativa al ejercicio de la autodeterminación y esta vez en plena negociación de la investidura podría situar en mala posición a los republicanos. Luego, la mesa de negociación asumirá que todas las partes pueden proponer con toda libertad lo que crean más oportuno y Dios dirá. 

Además de representar tiempo para el PSOE, la comparecencia del presidente de la Generalitat certifica que ERC se siente cómoda en su alejamiento de Carles Puigdemont. El líder de Junts hizo saber tras el primer contacto de su grupo parlamentario con Sánchez que ellos no abandonarán la unilateralidad ni dejarán de defender la legitimidad del 1-O para aceptar la amnistía, que, para Junts, sigue siendo una condición previa a la negociación de la investidura. En definitiva, que de no cerrarse un pacto con Puigdemont (una amnistía sin contrapartidas, renuncias o apelaciones a la reconciliación) la repetición electoral está servida.

Pedro Sánchez ya debe tener constancia de que lo que fortalece a ERC debilita a Junts y viceversa. La dificultad está en identificar el punto exacto en el que los dos partidos independentistas pueden sentirse satisfechos y presentar a sus respectivos (y enfrentados) seguidores un balance positivo de sus respectivos pactos con el PSOE. Y con el PSC, que según las últimas encuestas sigue consolidando sus expectativas electorales frente a ERC, en retroceso imparable, y Junts, que resiste mejor que los republicanos el empuje de los socialistas.