Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) se ha parapetado tras su militancia. Este lunes a partir de las 09:00 horas y hasta las 20:00, sus militantes votarán sobre la postura del partido de cara a la investidura del Gobierno de coalición de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Los republicanos catalanes han encontrado la pregunta perfecta. Críptica y abierta, para alcanzar un acuerdo laxo con el PSOE sin que menoscabe su electorado; al tiempo que alivia la presión a la que estaban sometidos.

El portavoz parlamentario de Esquerra en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, ya advirtió a Sánchez en julio que la abstención “gratis” de su grupo era un enorme gesto de generosidad y responsabilidad que a buen seguro no se repetiría: “¿Creen que también lo podemos hacer en septiembre? Septiembre nos complica la vida a todos”. El precio de su apoyo, aunque fuera mediante la abstención, tendría un coste mayor.

Pasó septiembre y no hubo segunda intentona por parte del presidente en funciones. Se convocaron elecciones y las movilizaciones marcaron una campaña que escapaba a los manuales de ciencia política. Sánchez viró y, aparcando su discurso sobre la necesidad de dialogar en Cataluña, fue mucho más duro. El precio de un hipotético apoyo de ERC subió nuevamente.

Esquerra no quiere una nueva repetición electoral o un pacto de derechas para la Moncloa, pero tampoco puede prestar su bancada gratis

La portavoz parlamentaria del PSOE, Adriana Lastra, se reunió con Rufián en busca de su apoyo explícito o implícito. Fracasó. “Después de una primera toma de contacto entre Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y el PSOE, la posición del Grupo Republicano sigue siendo un no a una eventual investidura de Pedro Sánchez”, explicó ERC a través de un comunicado tras el encuentro.

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La propuesta de Lastra se limitaba al documento firmado entre socialistas y morados, que abogaba por “fomentar el diálogo en Cataluña, buscando fórmulas de entendimiento y encuentro, siempre dentro de la Constitución”; y exponía que el futuro Ejecutivo “tendrá como prioridad garantizar la convivencia en Cataluña y la normalización de la vida política”.

En ERC, tal y como adelantó ElPlural.com en exclusiva, no gustó en absoluto este documento porque “se parte de una premisa errónea”, y es que, a su juicio, el problema no es de convivencia” sino “político” con “una de las naciones del Estado”. En consecuencia, “tal y como está votaríamos no”.

Objetivo facilitar la investidura

Esquerra no quiere una nueva repetición electoral o un pacto de derechas para la Moncloa, pero tampoco puede prestar su bancada gratis. Para aliviar la presión, sometieron a consulta su posición en la investidura con una cuestión que dotaría de corpulencia a los republicanos catalanes para negociar con el PSOE sin que éstos pudieran negarse: “¿Estás de acuerdo con rechazar la investidura de Pedro Sánchez si previamente no hay un acuerdo para abordar el conflicto político con el Estado a través de una mesa de negociación?”.

Con esta consulta arman su argumentario ante un más que posible adelanto electoral en Cataluña para 2020

Esta pregunta apremia al PSOE: o acepta una mesa de diálogo o no habrá investidura y ERC no sería el culpable puesto que no han hecho más que materializar el deseo de sus militantes. Por otro lado, fuentes internas admiten que con esta consulta arman también su argumentario ante un más que posible adelanto electoral en Cataluña para 2020, puesto que es el equilibrio perfecto entre concesiones y compromisos arrancados en favor del independentismo.

“Nos alivia”

La posición de ERC con respecto a la investidura de Sánchez tiempo ha que es complicada puesto que juega entre dos mares: facilitar la formación de un Gobierno de corte progresista para España al tiempo que debían mantener sus principios ideológicos intactos.

Según pudo saber este periódico, ERC sufrió presiones y reticencias tanto internas como externas por parte del independentismo por el empeño de Rufián en sacar adelante un Gobierno de Sánchez e Iglesias. Cabe recordar que incluso medió entre ambos la noche anterior a la segunda votación de la investidura fallida. “Nos están atizando en Cataluña”, admitió una de las fuentes consultadas. La misma tónica en las redes sociales, donde numerosos usuarios con lazo amarillo en su nickname vertieron todo tipo de vituperios contra el papel del portavoz parlamentario.

Esta hostilidad se trasladó a las calles. Rufián fue abucheado por un grupo de CDR durante una concentración convocada contra las intervenciones de la Policía Nacional y de los Mossos d’Esquadra. Llegaron a llamarle “botifler”.

A pagar la factura

El pragmatismo de ERC le ha pasado factura en términos electorales. A pesar del ejercicio de profunda responsabilidad, los republicanos catalanes perdieron dos escaños y unos 200.000 votos el pasado 10N con respecto al 28A. Ganaron las elecciones, sí, pero su mano tendida ha pesado. No volverán a tropezar con la misma piedra. O hay mesa de diálogo o no tendrán si su abstención. “El resultado es tan vinculante como que ERC fijará su posición en función de la respuesta de la militancia”, sostienen desde el partido.