La Junta de Castilla y León impondrá medidas restrictivas a los no vacunados de coronavirus si la incidencia continúa subiendo y el incremento repercute en la presión en los hospitales. Así lo ha aseverado el vicepresidente, Francisco Igea, este jueves tras la reunión del Consejo de Gobierno.

Igea ha añadido que “no pueden pagar justos por pecadores” y que lo adecuado sería que “quienes han decidido situarse en una zona de riesgo” sean los que asuman las restricciones. Del mismo modo, ha avanzado que crear un pasaporte covid en Castilla y León “está en estudio”, aunque considera que no es el momento para impulsarlo pese a que el Gobierno autonómico “empieza” a estar preocupado por el aumento de los contagios del coronavirus en la comunidad.

Así, ha dejado claro que no está entre los planes de la Junta incrementar por el momento las restricciones, pero sí ha insistido en que el progresivo aumento de la incidencia es una preocupación, sobre todo por el número de no vacunados que acumula la comunidad, especialmente entre los 20 y 50 o 55 años. De ahí viene la posibilidad de aumentarle las restricciones a estar personas que han decidido no vacunarse, por ejemplo, con el certificado Covid que se está utilizando en diferentes países europeos o en otras comunidades autónomas.

Igea también ha informado de que, en el caso de los hospitales de Castilla y León, a pesar de que no han notado un notable incremento del contagio y mantienen un descenso lento de la ocupación en las UCI, el 34% de los 18 ingresados en las unidades de críticos no están vacunados. Lo que supone, según el vicepresidente, “mucho más de tres veces más que en la población normal”.

A groso modo, sin concretar en la cifra exacta, el vicepresidente ha informado de que la población de la comunidad que todavía sigue sin vacunar se sitúa en las 60.000 personas.